Las autoridades chinas demoraron casi 24 horas en dar a conocer las primeras cifras oficiales de víctimas tras el atropello masivo que dejó al menos 35 muertos y 43 heridos en Zhuhai (Cantón, sur), uno de los ataques más mortales en su historia reciente y cuyas imágenes fueron censuradas en redes sociales.
El Gobierno local informó el lunes por la noche sobre el incidente, ocurrido ese mismo día a las 19.48 hora local (11.48 GMT), sin proporcionar el número de afectados.
43 heridos en Zhuhai
Algunos usuarios de la red social local Weibo (similar a X, bloqueada en China) que se encontraban en Zhuhai comenzaron a alertar durante la noche y la mañana del martes que podría haber un gran número de víctimas.
En dicho evento, que reúne a representantes de la industria aeroespacial y de defensa global, estaba prevista la participación de figuras destacadas como el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Serguéi Shoigú.
La atención internacional sobre el evento y la ciudad pudo haber llevado a las autoridades a mantener el hermetismo hasta el atardecer del martes local.
En 2008, durante la VII edición de la feria, otro hombre embistió con un vehículo contra una multitud en una escuela secundaria, causando la muerte de cinco personas. De hecho, este no es el primer incidente de este tipo que ocurre.
Varios vídeos que mostraban los momentos posteriores al ataque también han sido retirados de plataformas como Douyin, la aplicación equivalente a Tiktok.
Numerosos internautas han recurrido a redes ajenas a la censura de las autoridades chinas para compartir imágenes y testimonios del suceso.
Un usuario afirma que el vehículo dio una o dos vueltas al círculo exterior de la pista de atletismo, atropellando indiscriminadamente a todos. Además de los heridos, quienes presenciaron el incidente sufrirán sin duda un trauma psicológico de por vida.
Tras un incidente grave, las autoridades suelen ejercer un estricto control de la información, bloqueando páginas web y filtrando los resultados de búsqueda, mientras solicitan a los ciudadanos que no difundan rumores y se atengan únicamente a los comunicados oficiales.
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