“La gastronomía no es vender comida para producir dinero, es utilizar de manera racional los alimentos que produce nuestro entorno para que en armonía con los productores locales podamos generar estrategias de desarrollo sostenible en el tiempo”.
Con estas palabras el chef Carlos Piccinoni dio una clase maestra sobre el papel de estos profesionales con motivo de entregar en el Hotel Luciano Junior la Orden Luis Caballero Mejías, reconocimiento a distinguidos chefs que han contribuido en el estado Monagas a mantener con pasión y amor los fogones de una comida identificada con nuestra identidad.
Fue un acto que contó con la presencia de la Decana de la UDO, María Elena Pinto que tradujo el sentido de la gastronomía como algo particular enraizado en la cultura de las sociedades, también estuvo Meylan Liendo, jefa del departamento de Tecnología de Alimentos y el párroco de la Iglesia Santa Cruz, Enrique Fermín quien bendijo las condecoraciones.
Reconocimiento a la gastronomía de la región
Recibieron la orden Brenda Joyce, Carlos Piccinoni, Carmen Aguilera, Ennio Alarcón, Ernestina Herrera, Francisco Vívenes, Gerardo Arnáudez, Gregorys Salazar, Jasmira Alcalá, Jesús Campos, Jhoel Rafael Ortiz, Jhonder Salazar, Jorge Hernández, Juan Vicente Torres, Lilian Canelón, Luis Carlos Escobar, Luis Sosa, Yelitza Acosta, Odette de Baladi Muna, Piz Betancourt, Ramona Chaló, Jorge Hernández, Rainoa Patiño, Róger Chópite, Zoraima Coa y Zuleyma Padrino.
Piccinoni hizo referencia a las bondades culinarias del estado Monagas, el primer productor de yuca del país donde llama la atención que sólo algunos restaurantes ofrecen casabe en sus mesas.
Con este producto se pueden elaborar atoles, tortillas, arepas, panes, asados y sopas, tenemos que motorizar desde adentro el desarrollo de un turismo gastronómico autóctono basado en los productores locales, sin depender económicamente del estado central, igual que con la yuca también sucede con el mango, la maya, el cacao, el café, el merey, el moriche y otros tantos productos ignorados desde nuestras cocinas, los cuales podemos utilizar para dinamizar nuestra economía, conservar el planeta y contribuir a alcanzar el año 2030 los objetivos de desarrollo sostenible planteados por la ONU y de los cuales nuestro país es signatario y está obligado a cumplir.
Nosotros los chefs, debemos volver a nuestras raíces, poner valor en lo nuestro, tal como lo han hecho en países como México, Perú, Francia y España que apuntalan su desarrollo en el turismo gastronómico.
Nota de prensa.
Fotos: Cortesía Carlos Rondón.
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