Este martes 31 de octubre, la Catedral de Maturín, Nuestra Señora del Carmen se llenó de júbilo junto al pueblo de Dios para celebrar el aniversario número XX de haber sido ordenado Obispo de la Diócesis, Monseñor Enrique Pérez Lavado.
En este sentido se ofició una Misa de Acción de Gracia con todos los sacerdotes de Monagas, seminaristas y fieles laicos que agradecieron a Dios contar con un Buen Pastor, el tercero para el estado, antecedido por el siempre amado y recordado Antonio José Ramírez Salaverría, quien dejó huellas imborrables en Monagas.
El segundo Obispo de la Diócesis es el recién nombrado Cardenal Diego Rafael Padrón Sánchez, padre y artífice del Seminario San Pablo Apóstol.
Por tal razón, Pérez Lavado destacó que ha sido precedido por dos grandes guías y encomendó una vez más a la feligresía que ore por él, para que pueda con el favor de Dios, cumplir la misión encomendada.
«Estoy sumamente agradecido con Dios por el ejemplo de quienes me han precedido como pastores de este rebaño, por haberlos visto crecer con madurez en la fe, como hijos verdaderos de Dios, ser Obispo no es solo ser guía, se requiere muchas cosas para el pastoreo, principalmente la fe, así como a los sacerdotes se realiza un pastoreo para su ordenación, ellos también son pastores que guían esa fe».
Prosiguió diciendo el Obispo, refiriéndose a la lectura de ayer, «todos somos trabajadores de esa gran grey de Nuestro Señor. Agradezco a todos y todas que me hayan acompañado en esta tarde, especialmente a las hermanas dominicas de Betania que se hicieron presentes, a los hermanos, hermanas, hijos e hijas, y a todos los que, aún con dificultades de transporte han venido este gran día muy significativo para mí», subrayó.
Añadió al púlpito su entusiasmo, «Ustedes son el pueblo de Dios representando toda Monagas. Dios les bendiga por celebrar nuestra liturgia con música sagrada, a todos los que siempre rezan por mí. No sólo el Papa Francisco lo dice, yo también lo hago desde que soy Obispo. Nunca he dejado de pedir que recen por mí, sin su acompañamiento en la oración nunca habría podido llegar aquí, recen por mí, por todos los sacerdotes», fue la solicitud a la feligresía que hizo el pastor de Monagas.
Agregó la importancia de caminar juntos en el camino de la Sinodalidad a la que ha llamado el Papa Francisco. «Caminar es la meta al norte. La iglesia diocesana va sonriendo al Espíritu Sinodal, escuchando, orando, caminando todos a esa dirección, así el cuerpo se mantiene vivo, igual a la iglesia de la iniciación cristiana, hay que tener conciencia para sentirse miembros del Cuerpo de Dios y ser responsables de la misión, debemos caminar juntos para arrancar hacia la misión de Dios que he tenido la dicha de acompañarlos. Gracias a todos».
Con estas palabras llenas de sentimientos, el tercer Obispo de la Diócesis de Maturín culminó la Eucaristía por los XX años de haber sido nombrado y ordenado Obispo. ¡Gracias Monseñor!
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