El director del centro de formación y políticas públicas IFEDEC, Pedro Pablo Fernández, afirma que es dañino para los niños y jóvenes que se normalice la diversidad de género y que además pretendan desde los organismos nacionales aprobar leyes para implementar en las escuelas esta ideología errada de que el muchacho elija con cuál sexo se siente identificado.
Fernández fue el invitado a La Verdad Radio TV, que se transmite a través de Sonora 99.3 FM y Monagas Visión, que conduce Estrella Velandia, donde indicó que la normalización de que existe una variedad de géneros más allá del femenino y masculino, se ha tergiversado llegando a un punto enfermizo y muy dañino.
Como ejemplo, Fernández explicó que existe el caso de un niño de 4 años que su madre le ha permitido elegir su sexo y al querer ser niña le comenzó a inyectar hormonas femeninas, situación que el padre ha rechazado y que está bajo una disputa legal, bajo leyes que realmente han permitido que esto sea algo normal y no un abuso a la infancia y crecimiento de una criatura.
«La incoherencia de aprobación de las leyes te dejan mucho qué pensar, pues en EEUU no puedes conducir después de los 21 años, entonces cómo se explica que a los 4 años un niño sí pueda escoger que quiere cambiar de sexo, para eso si es un adulto», afirmó.
La diversidad de géneros no debe verse como algo normal
A nivel mundial se ha venido promoviendo la diversidad sexual, donde hay casos en que muchachos que no han llegado a la adolescencia se les permite el cambio de género a través de operaciones como la vaginoplastía y genitoplastia.
«En Venezuela, en la etapa de educación inicial hay una sección dentro del aula que se llama «Experimentar y descubrir» y está siendo empleada de manera equivocada, ponen atuendos femeninos y masculinos y si el niño se coloca un vestido, le dicen que está bien su decisión metiéndole cosas en su cabeza, confundiéndolos en vez de orientarlos, es decir que los motivan a que puedan elegir su sexo cuando no tienen la madurez suficiente para eso», dijo.
Fernández resaltó que la situación en otros países ha llegado a tal extremo que enseñan a niños de 3 años a disfrutar de su sexualidad enseñándoles a masturbarse», acotó.
«Existen cada vez más niñas de 11 años embarazadas y la política de sexualidad de algunos países es repartir preservativos, esa no es la solución», agregó.
«En qué debe consistir la educación sexual en las escuelas, en la biología y en la casa se debe educar a que su cuerpo es un templo, a que respeten su cuerpo. El libertarismo hace daño, la hipersexualización es un daño que se le está haciendo a nuestros hijos», añadió.
«Hay muchas cosas que son responsabilidad de los padres, hay niñas vestidas como mujer, bailando reggaetón a los 5 o 8 años y se lo aplauden y terminan a los 11 años embarazadas, las regañan cuando fueron ellos los que la incentivaron a tener conductas impropias para su edad y que despertaban acciones de sexualidad, al no respetar su niñez. Antes, no se habla de sexo en casa, eso era un tabú y estaba mal, pero ahorita los muchachos saben demasiado y de manera torcida, se debe orientar a los niños y jóvenes», puntualizó.
Fernández llegó a Monagas para dictar una serie de charlas en varios municipios denominadas «La defensa de la familia», donde señaló que todos los foros están siendo organizados con la participación de maestros, porque desde las escuelas es que se quiere implementar esta materia que vendría a dañar la mente de los niños.
«Hay 2 mil quinientos promotores de información para llevar la charla a los padres y evitar que esta mala idea le llegue a sus niños a través de la implementación de esta mala educación sexual», detalló.
Asimismo opinó que la sociedad está perdiendo el derecho a la vida, queriendo también normalizar la eutanasia y el aborto.
«La sociedad lo que debe querer es promover el culto al amor y a la familia, no al placer a través del libertinaje. Quitarle la vida a un anciano a través de la eutanasia, porque está deprimido no es la solución, la respuesta es darle cariño y comprensión a esa persona que fue joven y que dio tanto a quienes ahora quieren acabar con su vida. Interrumpir el proceso de gestación de un bebé cuyo corazón ya late es un asesinato y eso, no se puede normalizar», recalcó.
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