La ciudad de Denver siente de nuevo la «presión» por la llegada masiva de inmigrantes enviados en decenas de autobuses por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, y que tiene a la capital de Colorado (EE.UU.) al borde de una nueva emergencia.
Desde agosto se ha duplicado la cantidad de inmigrantes, la mayoría venezolanos, que llegan a Denver desde la frontera con México en comparación con julio, mes en el que terminó el programa de alojamiento de inmigrantes en instalaciones municipales, indicó este viernes el Departamento de Servicios Humanos local.
Grupos de migrantes llegan a Denver
La nueva demanda por servicios de ayuda para inmigrantes ocurre solo dos meses después de que Mike Johnston asumiera como alcalde de Denver y prometiese no usar fondos públicos municipales de servicios sociales para ayudar a los inmigrantes.
A la vez, el inminente inicio del otoño boreal significa un aumento en los casos de personas desamparadas buscando alojamiento. Desde el pasado 18 de mayo, unos 8.000 inmigrantes llegaron a Denver en 210 autobuses enviados por Abott.
Actualmente el DDHS provee servicios directos o indirectos a 16.836 inmigrantes, comparado con 9.300 en mayo pasado, cuando el entonces alcalde Michael Hancock declaró el estado de emergencia en Denver debido al «agotamiento de recursos y presupuesto».
El costo total de esos servicios ya supera los 23 millones de dólares, cuando el presupuesto anual habitual de Denver era de 2,5 millones y se esperaba no gastar más de 11 millones en todo 2023.
Desde el pasado 1 de septiembre, el DDHS habilitó un centro de donaciones para el Fondo de Recién Llegados como elementos de uso personal y especialmente ropa de abrigo para el invierno.
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