Habitantes de la calle 30 del sector Las Cayenas, ubicado al oeste de la ciudad de Maturín, denuncian que las aguas negras se ha convertido en un dolor de cabeza para los habitantes debido a que cada vez que llueve, se desbordan y se devuelven por los inodoros de las viviendas, causando malestar de diversas clases en niños y adultos.
«Los niños tienen problemas en la piel, imagino que puede ser producto de estas suciezas, diarreas, fiebres, problemas respiratorios», fueron las palabras de Jorge Alcázar, miembro de la mesa técnica de energía y gas.
72 horas sin energía eléctrica
Asimismo manifestaron su angustia tras haber pasado 72 horas sin luz, situación que fue solventada gracias a la acción de uno de los vecinos con conocimiento en el tema eléctrico, sin embargo, llaman la atención de las autoridades competentes para que realicen mantenimiento en las guayas.
«Al menos tres guayas se cayeron desde el jueves y apenas fue este domingo cuando vinieron a arreglar la situación porque decían que no podían hacerlo antes debido a que tenían muchas demandas».
Acotan que además de la calle 30, al menos 40 casas de las calles 19 A y 19 B se vieron afectadas sin luz, debido a que la avería fue en el tabaco, esto se debió a que un carro pegó de las guayas y las partió, anteriormente, en la avenida dos, también habían tenido problemas con la caídas de estos tabacos.
A oscuras
Alegan que las calles se encuentran a oscuras, por lo que solicitan la colocación de bombillos, debido a que el lugar se torna peligroso tanto por la oscuridad como por la densidad de maleza en la que se encuentra la zona, lo cual es aprovechado por los amigos de lo ajeno para cometer sus fechorías. «Solo en la calle principal colocaron bombillos, algunos se quemaron y entre los vecinos se colocan, pero las calles transversales están a oscuras», agregó Alcázar.
Sin agua de noche
Entre otros problemas que padece la comunidad manifestaron que el agua llega por tuberías solo en horas de la noche, a partir de las diez de la noche hasta las seis de la mañana, razón por la que deben trasnocharse para poder almacenar el recurso hídrico. «En el día quedamos sin agua, solo la colocan de diez de la noche hasta las seis de la mañana», aseguran los denunciantes.
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