Canserbero fue un rapero y poeta venezolano que nació el 11 de marzo de 1988 en Caracas y falleció el 20 de enero de 2015 en la misma ciudad. Su nombre real era Tirone José González, sin emabrago, decidió adoptar el seudónimo Canserbero por la canción del mismo nombre del grupo de metal V8. Con solo 26 años, su muerte sorprendió y conmovió a toda la escena musical de Venezuela y de América Latina.
Uno de los hechos más importantes en la carrera musical de Can fue la publicación de su primer disco como solista en 2010, titulado Vida. El álbum incluía temas como Pensando en ti, De la vida como película y su tragedia, comedia y ficción y Maquiavélico, entre otros, que se convirtieron en éxitos inmediatos y le dieron reconocimiento nacional e internacional.
En 2012, Canserbero lanzó su segundo disco, Muerte, que se caracterizó por su afilada crítica social y su exploración de temas oscuros y existenciales, como la soledad, la muerte y el abuso de poder. El álbum incluía canciones como Es épico, C’est la mort, Estúpida historia de amor y Esperanto. La calidad poética y el ingenio lírico de “El chamo González” en este disco lo consagró como uno de los raperos más talentosos y relevantes de su generación.
Carrera internacional de Canserbero
En 2013, inició una gira por América Latina que lo llevó por países como México, Colombia, Argentina, Chile y Perú, entre otros. Su carisma sobre el escenario y su compromiso con el público lo convirtieron en un ídolo de la juventud latinoamericana. Su música, que mezclaba varios géneros como el rap, el rock, el reggae y la electrónica, hablaba a una generación que se sentía marginada y desencantada con el sistema.
A pesar de su éxito, Can Can también fue conocido por sus problemas de salud mental. En varias ocasiones, dejó mensajes en las redes sociales que indicaban que estaba pasando por momentos difíciles, y en 2015, en un episodio que aún sigue siendo objeto de controversia, se lanzó desde el décimo piso de un edificio. La muerte de Canserbero conmocionó a Venezuela y a toda la comunidad de la música, y ha sido objeto de homenajes y tributos desde entonces.
Pese a su corta vida, “El guardián” dejó un legado musical y poético que sigue inspirando a jóvenes artistas en todo el mundo. Su estilo único y su compromiso con la verdad y la justicia lo convirtieron en una figura emblemática de la música urbana latinoamericana. A ocho años de su fallecimiento, su música sigue sonando y su voz sigue siendo necesaria para cuestionar y transformar el mundo.
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La merte de Can no esta clara, es irresponsable que aseguren que «se lanzo»