El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, comienza este miércoles su visita de cuatro días a China con el objetivo de reimpulsar y fortalecer las relaciones económicas y comerciales con el país asiático.
Durante su estadía en China, el mandatario brasileño mantendrá un encuentro con el presidente chino, Xi Jinping, donde se espera que dialoguen sobre la guerra en Ucrania y otros temas de interés común.
La visita de Lula da Silva arrancará en la ciudad china de Shanghái para asistir a la toma de posesión de la expresidenta Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo, establecido por los miembros del grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Lula da Silva y Xi Jinping
La reunión Xi Jinping está prevista para el próximo 14 de abril donde además de conversar sobre temas bilaterales, también analizarán la propuesta para que China y Brasil sean mediadores en la búsqueda del fin del conflicto entre Rusia y Ucrania.
El jefe de Estado brasileño estará en China hasta el 15 de abril. La visita de Lula da Silva estaba planificada del 26 al 31 de marzo pasado, pero fue pospuesta luego de ser diagnosticado y hospitalizado con una bronconeumonía.
Al dignatario brasileño lo acompaña una amplia delegación de empresarios, pues el programa contempla el cierre de una veintena de acuerdos en diferentes sectores.
En la víspera del viaje, el presidente brasileño afirmó que espera consolidar las relaciones con el gigante asiático y anunció que invitará a su homólogo a que visite Brasil próximamente.
«Lo que queremos es construir una sociedad con los chinos, asociarnos con los chinos, para que puedan invertir en cosas que aún no existen, nuevas carreteras, ferrocarril, hidroeléctrica, cualquier cosa que signifique algo nuevo para Brasil» añadió el presidente Lula.
Según datos oficiales, en 2022 China importó más de 89.700 millones de dólares en productos brasileños, especialmente soja y minerales, y exportó casi 60.700 millones de dólares hacia ese mercado.
El volumen comercializado entre Brasil y China, de 150.400 millones de dólares, creció 21 veces desde la primera visita de Lula al país asiático, en el 2004.
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