Las penumbras, las alergias respiratorias y las afecciones urticantes, volvieron a convertirse en el común denominador de los pueblos de la zona de Paria, estado Sucre, donde la Hylesia Metabus o “palometa peluda”, la mariposa urticante némesis de los habitantes de la entidad, campea a sus anchas desde hace un par de meses, pese a las previsiones de autoridades que dijeron en su momento que la afectación no iba a ser tan grande.
Lo cierto del caso, es que también en Yaguaraparo, capital del municipio Cajigal del estado Sucre, y epicentro del sobrevuelo de la mariposa urticante, lejos están sus habitantes de una vida medianamente normal, pues en el día deben lidiar con alergias y urticarias, y en las noches, pese a los problemas de inseguridad que acucian a la zona, deben vivir en la total penumbra, para evitar encontrarse con el insecto que se encuentra en una fase de madurez y cuyos números alcanzan varios millones.
Domingo García, habitante de Yaguaraparo, denunció la “nueva invasión” de palometas que mantiene al pueblo bajo confinamiento y explicó que las primeras mariposas llegaron a finales de enero. Para fines de 2022 se ofreció una fumigación aérea contra la palometa peluda en diciembre y no se hizo. “Tenemos dos meses con las luces del pueblo apagadas y la oscuridad reina, en un especie de toque de queda no decretado”.
Llamó a las autoridades para que se sensibilicen con el problema de los municipios parianos, quienes están sufriendo la situación y que además, perjudica la economía local.
Agregó que para el 6 de abril debería estarse concretando otro ciclo de aspersión aérea con agentes biocontroladores en los manglares, para evitar que se reproduzca un nuevo ciclo masivo que llegue a las poblaciones.
Palometa peluda
Mientras que Félix García Zorrilla, otro vecino del pueblo, señaló que los daños a la salud por causa de la palometa peluda son fuertes, pues pasan todo el día “echándose uñas” en todo el cuerpo. “Nadie ha podido acabar con eso. Vamos a ver si las autoridades competentes, ministra de Salud, les puede llegar la palometa a la capital, a ver qué hacen ellos con esta situación”.
Los vecinos dijeron que están lejos del control del ciclo de la palometa peluda. En algunas zonas del pueblo, como el frontal del liceo “Diego Carbonell” dejaron un bombillo encendido, con el fin de atraer a las mariposas y a modo de trampa, alejarlas de zonas más pobladas.
El otro problema que se agrava es el de la inseguridad, porque debido a la oscuridad reinante, deben lidiar con la delincuencia desatada.
Los habitantes de Yaguaraparo e Irapa, las dos poblaciones más afectadas por la invasión masiva de Hylesia Metabus o palometa peluda, pidieron a los gobernantes locales, regionales y nacionales, que busquen la manera de minimizar el número de ejemplares y eviten que vuelva a reproducirse un ciclo tan fuerte como el que están padeciendo en esta ocasión.
Jean José Brito, otro afectado, pidió a las autoridades que asuman el tema con seriedad, pues nunca ha habido, según su entender, un verdadero control de este lepidóptero, que afecta a toda la zona de Paria. “No se ha atacado a la palometa como debe ser y necesitamos la fumigación aérea en los manglares, y la fumigación terrestre, ya que nos afecta”.
Y si el daño es evidente en adultos, basta ver a los niños de Paria para entender el sufrimiento que significa toparse con una “palometa peluda”. Además de la urticaria, los problemas respiratorios campean y se hacen más agudos por los problemas de dotación de los centros públicos de salud.
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