La vicepresidenta chilena, Carolina Tohá, confirmó este miércoles que el Gobierno invocará la Ley de Seguridad del Estado contra los camioneros que desde el lunes se movilizan con bloqueos en algunas de las rutas del país.
«El Gobierno ha decidido que va a invocar la Ley de Seguridad del Estado como corresponde en casos como este y es un hecho. Esta decisión ha sido tomada”, anunció Tohá desde La Moneda.
En la mañana, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, afirmó que «el Gobierno va a ocupar todas las herramientas que le da el Estado de Derecho para proteger el normal funcionamiento del país”.
En paralelo, el gremio de camioneros de la Confederación de Transportistas Fuerza del Norte, quienes iniciaron la paralización, informó que mantendrá el paro indefinido luego de rechazar la propuesta del Gobierno para terminar las protestas.
«La movilización sigue hasta que podamos llegar a un acuerdo definitivo entre las partes», señaló a medios locales el presidente de los transportistas agrupados en «Fuerza del Norte», Cristián Sandoval.
Por tercer día consecutivo se registraron paros y retenciones en varias rutas del país provocados por las detenciones de tránsito de los camioneros.
El paro empezó el lunes por parte de la Confederación de Transportistas Fuerza del Norte y la Agrupación de Propietarios y Conductores de Camiones Paine, que reclaman una rebaja del precio de los combustibles y mayor seguridad en las rutas.
El mismo día representantes del gremio que no se sumaron a la protesta se reunieron con el Gobierno y acordaron una rebaja del precio del diésel, pero los alcances de las negociaciones no han sido suficientes para detener la movilización.
Los camioneros, un colectivo que tiene un enorme poder de influencia en Chile desde que en la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) se abandonara el transporte ferroviario, han sostenido varias protestas en lo que va de año alegando motivos de falta de seguridad en las rutas.
Las movilizaciones de transporte en Chile tienen un impacto grande y directo en su economía, ya que no hay una alternativa al tránsito terrestre, lastrado por la falta de interés en el desarrollo de una amplia red ferroviaria durante la dictadura.
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