«¡Lula volvió!», «¡Lula volvió!». El grito resonó con fuerza entre la marea roja que celebró su victoria en Sao Paulo. Doce años después de entregar la banda presidencial, el «hijo de Brasil» regresó a los brazos del pueblo como presidente electo de un país completamente polarizado.
Lula dejó atrás el cansancio acumulado en la «campaña más difícil» de su vida y mostró la garra del animal político que consiguió resucitar entre sus cenizas tan solo cuatro años después de haber sido impedido de participar en las elecciones y pasar 580 días en prisión por una condena de corrupción posteriormente anulada.
«Casi fui enterrado vivo en este país. Considero el momento que estoy viviendo casi una resurrección. Pensaban que me habían matado, pensaban que habían acabado con mi vida política, me destruyeron contando mentiras sobre mí y gracias a Dios estoy firme y fuerte y amando otra vez«, afirmó Lula casi sin voz, junto a su esposa, Rosângela «Janja» Silva, y rodeada de sus más fieles escuderos.
Embriagado por la emoción, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) se dio un baño de masas ante la multitud que el domingo ocupó la céntrica Avenida Paulista de Sao Paulo para festejar su ajustada victoria por 50.9% frente al 49.1% del presidente Jair Bolsonaro.
Estas son cinco claves del éxito de Lula:
1. El antibolsonarismo
El fuerte rechazo a Bolsonaro es uno de los principales factores que explican la victoria del dirigente progresista, quien asumirá su tercer mandato el 1 de enero próximo tras haber gobernado el país entre 2003 y 2010.
El sentimiento de aversión a Bolsonaro, mayoritario entre las mujeres, aumentó en los últimos meses, en medio del hartazgo de la población al clima de crispación alimentado por el propio mandatario durante su mandato.
Según las última encuesta previa a las elecciones, el 50 % de los electores afirmaban que no votarían al líder de la ultraderecha bajo ninguna hipótesis, mientras que ese porcentaje llegaba al 46 % en el caso del dirigente del Partido de los Trabajadores (PT).
2. La errática gestión de la pandemia
El rechazo al líder de la ultraderecha brasileña se incrementó fuertemente tras su errática gestión de la pandemia de coronavirus, la cual le ha costado la vida a cerca de 700,000 personas desde marzo de 2020.
En pleno auge de la pandemia, Bolsonaro minimizó la gravedad del virus, al que calificó de «gripecita» mientras miles de personas morían diariamente, y retrasó la compra de las vacunas al considerar que su eficacia no estaba comprobada.
Lula rescató durante su campaña algunos de los momentos más duros de la pandemia, especialmente en la propaganda de radio y televisión, y llegó a atribuir a su contrincante la mitad de las muertes por covid en Brasil.
3. La pesada losa de la inflación
La pandemia golpeó duramente la mayor economía de Latinoamérica e incrementó el desempleo, principalmente entre las mujeres.
Pese a la leve mejora de las tasas de paro en los últimos meses, Bolsonaro se vio forzado a lidiar con otro caballo de batalla tras el estallido de la guerra en Ucrania: la inflación.
Aunque el índice cedió levemente en la recta final de la campaña, en parte gracias a unos subsidios otorgados por el gobierno al combustible y al aumento de las tasas de intereses, el precio de los alimentos continuó disparado, lo que se sintió sobre todo en el bolsillo de los más pobres.
4. El temor a la ruptura democrática
Desde que llegó al poder, el 1 de enero de 2019, Bolsonaro ha redoblado sus ataques a las instituciones, principalmente al Tribunal Supremo, y llegó a comparecer a manifestaciones en las que algunos de sus seguidores defendían una intervención militar.
Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1965, dio un paso más y sentó las bases de una retórica de fraude electoral al poner en tela de juicio la fiabilidad de las urnas electrónicas, implantadas en Brasil desde 1996, pese a que desde entonces no existen registros de denuncias.
«Hay una gran parte de la población muy preocupada con la cuestión democrática. Lula consiguió apropiarse por su historia de respeto a la democracia y usó eso en su campaña», explicó a EFE Carolina Botelho, politóloga del Laboratorio de Estudios Electorales de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
5. Cualquier tiempo pasado fue mejor
A lo largo de su campaña, el líder del PT recordó una y otra vez sus ocho años de gobierno, en los que Brasil vivió una época de bonanza económica gracias al boom de las materias primas y creció una media del 4%.
Las alusiones a sus dos anteriores mandatos impregnaron todos los anuncios de la campaña de Lula, quien ha recalcado los robustos beneficios que obtuvieron las empresas privadas y los bancos en su gestión, al tiempo que sacaba a Brasil del mapa del hambre.
«Lula activó esa memoria en la sociedad. Supo rescatarlo y transformarla en material de campaña», sostuvo Botelho.
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Con información de EFE y Univisión
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