Como parte de la alianza interinstitucional para vincular el sector cultural con la dinámica social de vanguardia, en las instalaciones del Instituto de la Cultura del Estado Monagas (Icum) se desarrolló un conversatorio titulado “Alcance de la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer”, promovido por el Ministerio Público (MP) y con respaldo de las organizaciones que trabajan por la defensa de la mujer e igualdad de género.
En la sala Hugo Chávez del ente cultural, Itamar Martínez, Fiscal Provisorio Décimo Octavo, adscrito a la Dirección para la Defensa de la Mujer, conversó con los asistentes resaltando que en Venezuela el Estado garantiza los derechos penales y patrimoniales para una vida libre de violencia.
Sin embargo, agregó, son alarmantes las cifras de hechos punibles contra la mujer, que muchas veces terminan en feminicidio, que es el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia (odio a la mujer).
En lo que va de año, el organismo público con competencia jurídica reporta la cifra de 326 feminicidios a nivel nacional. De allí la necesidad de profundizar en las campañas de orientación para evitar que las mujeres guarden silencio y se conviertan en cómplices de sus propios verdugos.
“En la actualidad vivimos en una sociedad marcada por el exhibicionismo permanente, que ha llegado a su grado más alto a través de las exposiciones en las redes sociales, donde se genera un escrutinio condenatorio en muchas mujeres por sus estilos de vida, es decir, cómo se visten, caminan o se expresan; por considerar que llaman la atención de factores machistas que pretenden justificar la violencia afirmando que hay mujeres que provocan a sus agresores, escenario que ha sido debatido y ha generado la actualización de las leyes para luchar contra esta matriz”, resaltó el fiscal.
Precisamente, para profundizar en las leyes que protegen a la mujer el MP realiza en instituciones y espacios públicos charlas de orientación y difusión de las leyes que amparan a las víctimas.
Equipo fortalecido
En Monagas existe un equipo multidisciplinario a nivel institucional vinculado con el Poder Popular organizado para la protección de las mujeres y la orientación psicológica y social a las víctimas.
En la dirección estadal del Instituto Nacional de la Mujer ejercen seis defensoras públicas abocadas a este trabajo. Además, se suman las 706 defensoras comunales, que se han formado y representan la vocería de las comunidades a través de los consejos comunales y movimientos sociales.
Consentimiento
Los casos de violencia, sobre todo en el hogar, mayormente no son denunciados por una sencilla razón: el “vicio de consentimiento”, así lo refieren las autoridades al explicar que la víctima, pese a ser maltratada psicológicamente y físicamente, termina defendiendo a su agresor justificando los golpes que ha recibido por tener una conciencia dominada por el temor y una especie de remordimiento que impide denunciar a su pareja sentimental por muchos años, alegando ser buen padre, buen proveedor en el hogar o simplemente disfrazar la estabilidad de la pareja.
“En la mayoría de los casos de feminicidio pudo evitarse el desenlace final por que la violencia es cíclica; es decir, comienza con una amenaza, luego vienen los insultos, las vejaciones y la discriminación, pasando luego a la violencia física (golpes) y terminando en un acto que conduce a un desenlace fatal como la muerte”, refiere Martínez.
En alguna de estas etapas, la víctima se anima a denunciar, pero luego, por múltiples circunstancias, termina otorgando el perdón, ya sea por lastima o por seguir atada sentimentalmente a su agresor, el cual, aunque aparentemente muestra signos de querer cambiar, a la final se deja llevar por esa cultura machista o patrón de conducta agresivo, muchas veces con signos de tener un cerebro “reptil”, es decir, que no tiene ninguna paciencia ni empatía por cualquier cosa que no se refiera de inmediato a su supervivencia y bienestar, así lo narra el representante del MP.
Por más que existan leyes que criminalicen estos hechos, sino hay un cambio en la sociedad no podrá ser erradicada la violencia a la mujer, agregó.
Ante esto, el llamado es a los padres a trabajar en el hogar por formar a sus hijos con principios y sentimientos de respeto a sus hermanos, otros familiares y el entorno que los rodea. De esta forma estarán en capacidad de interrelacionarse con otras personas en armonía, dejando a un lado la cultura de machismo que nos viene heredada del pasado, cuando la mujer fue relegada y dio pie a justificar la violencia como una forma de castigo, para convertirla en una persona sumisa moldeable a una sociedad patriarcal.
Entendiendo la importancia de este tema, el Icum seguirá apoyando la iniciativa del MP, a través de la Dirección para la Defensa de la Mujer, llevando este tipo de conversatorios a las escuelas y dependencias culturales.
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