En horas de la tarde de este martes, arribó a la base militar de Northolt, en Londres, el féretro de la reina Isabel II luego de cumplir con la capilla ardiente en la Catedral de Saint Giles, en Edimburgo, Escocia, donde más de 26.000 personas presentaron sus respetos a la monarca británica.
El ataúd se instalará en el palacio de Buckingham durante la noche y al día siguiente será trasladado al palacio de Westminster, en un cortejo fúnebre que estará acompañado, entre otras personalidades, por miles de soldados uniformados; además un carruaje con caballos de la Artillería a Caballo Real de las Tropas del Rey encabezará la ruta desde el palacio.
Todos los preparativos se ensayan a la perfección de cara al funeral de estado que tendrá lugar el próximo lunes 19.
La Policía Metropolitana calcula que pueden ser más de 400 mil los ciudadanos que acudan a dar su último adiós a su soberana, cuando se abra la capilla ardiente, en el centro del Westminster Hall, el histórico vestíbulo y sala central anexo a las Casas del Parlamento, en donde también recibieron homenaje de los británicos el padre (Jorge VI) y el abuelo de la reina (Jorge V), su madre, y su mentor y primero de una larga lista de jefes de Gobierno a su servicio, Winston Churchill.
Se espera que el rey Carlos III, miembros de la familia real y personal de las oficinas de la reina y el rey caminen detrás del desfile.
El día del funeral se habilitarán zonas para seguir en directo la en diferentes zonas de la ruta, en la que se esperan filas larguísimas de ciudadanos, con cifras de asistentes que se estiman pudieran superar el millón de personas que presenciaron el sepelio de Diana Spencer, en 1997.
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