El primer ministro de Italia, Mario Draghi, afirmó hoy que las reservas de gas del país están al «80 %, cerca del objetivo de llegar al 90 % en octubre», y que un corte en los suministros por parte de Moscú en invierno tendría un menor impacto, porque Italia ha encontrado fuentes alternativas desde el estallido de la guerra en Ucrania.
Además, subrayó que «si la instalación de dos nuevos regasificadores se completa en el plazo previsto, Italia podrá ser completamente independiente del gas ruso a partir del otoño de 2024«, un objetivo «fundamental para la seguridad nacional, porque Rusia no ha dudado en utilizar el gas como arma geopolítica contra Ucrania y sus aliados europeos».
Italia ya no depende directamente del gas ruso
Draghi recordó que «a diferencia de otros países europeos, los suministros de gas ruso a Italia son cada vez menos importantes y cualquier interrupción tendría menos impacto que en el pasado» porque, en los últimos seis meses desde el inicio de la guerra en Ucrania, su Gobierno ha «llegado a acuerdos para aumentar los envíos desde Argelia hasta Azerbaiyán«.
«El año pasado, cerca del 40 % de nuestras importaciones de gas procedían de Rusia. Hoy en día, la media es de aproximadamente la mitad», reconoció, al tiempo que subrayó que «depender (como en el pasado) de casi la mitad del suministro de gas de un país (Rusia) que nunca ha dejado de perseguir su pasado imperial» no puede «volver a ocurrir».
Desde principios de año, añadió, Italia también ha acelerado «el desarrollo de las energías renovables» y «se han solicitado nuevas conexiones a plantas de energía renovable por casi cuatro veces la capacidad total instalada en 2020 y 2021».
A nivel europeo, insistió en que los Veintisiete deben aprobar «un tope en los precios del gas» que importan, una cuestión que encuentra reticencias entre los estados que «temen que Moscú pueda cortar los suministros», y avanzó que la Comisión Europea presentará próximamente un plan en esta línea y una propuesta sobre «cómo desvincular el coste de la electricidad del coste del gas» en los mercados regulados.
Por otro lado, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) se refirió a las elecciones generales anticipadas en el país del próximo 25 de septiembre y dijo que Italia y Europa se encuentran ante «un momento extremadamente complejo», de enorme incertidumbre derivada de la guerra en Ucrania, el encarecimiento de la energía y de los productos alimenticios, y del impacto de esta inflación en los hogares y las empresas.
También de las tensiones en Asia, de la ralentización del crecimiento mundial que penaliza las exportaciones y del deterioro del acceso al crédito que mermará las inversiones.
«Especialmente en tiempos de crisis, la acción del gobierno debe ser rápida, convencida», sostuvo, y citó entre los desafíos más inmediatos afrontar la crisis energética y garantizar «el liderazgo de Italia en el mundo, dentro de la Unión Europea y del vínculo transatlántico».
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