Al menos cinco personas murieron en un terremoto de 7,1 grados de magnitud que sacudió este miércoles el norte de Filipinas, pero que se sintió hasta la capital Manila, a más de 300 km del epicentro.
El sismo de poca profundidad tuvo su epicentro en la provincia montañosa de Abra, en la isla principal de Luzón, a las 8.43 (00.43 GMT), según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El fuerte temblor provocó más de un centenar de heridos en la región y dañó edificios por decenas de desprendimientos de tierra y cortes de electricidad.
Dos trabajadores de la construcción murieron en la provincia de Benguet y una mujer de 23 años falleció aplastada cuando se cayó un muro en el municipio de Bangued, situado en la provincia de Abra, donde se notificaron al menos 78 heridos.
Otra persona perdió la vida al precipitarse de una obra en la región de Kalinga. Otros seis trabajadores resultaron malheridos.
Las fuerzas del orden informaron que una anciana en el municipio de Suyo, en la provincia de Ilocos Sur, pereció después que un desplazamiento de tierra la sepultò mientras caminaba.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr, cuya residencia familiar se encuentra en el norte del país, pidió a los habitantes que permanezcan en refugios de emergencia hasta que se verifique el estado de sus viviendas.
Filipinas suele ser sacudido por sismos debido a su ubicación en el Anillo de Fuego del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica que se extiende de Japón al sureste asiático y la cuenca del Pacífico.
El terremoto de este miércoles fue el más fuerte del país en años. En octubre de 2013, un terremoto de magnitud 7,1 en la isla de Bohol, en el centro del país, causó más de 200 muertos y 400 mil desplazados.
El movimiento telúrico había desencadenado desprendimientos de tierra catastróficos y decenas de miles de casas e iglesias históricas fueron destruidas. Además, cambió el paisaje de la isla.
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