El Tribunal Supremo de Texas (EE.UU.) restauró la noche del viernes una ley de 1925 que prohíbe el aborto y que el fiscal general del estado había ordenado implementar después de que el Tribunal Supremo federal acabara con la protección al aborto.
El fallo del Tribunal Supremo de Texas solo restaura la ley de manera temporal mientras se llega a una decisión final.
En la práctica, lo que hizo el tribunal fue bloquear el fallo de una corte inferior que había impedido la entrada en vigor de la ley a petición del Centro para los Derechos Reproductivos (CRR, en inglés) y la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU, en inglés), que representaban a clínicas que practican abortos.
La ley de 1925 establece una pena de hasta 5 años de cárcel para aquellos médicos que ayuden a una mujer a interrumpir su embarazo. La legislación prohíbe el aborto en caso de incesto o violación y solo establece una excepción en caso de que la vida de la madre esté en peligro.
Esa ley entró en vigor antes de que, en 1973, el Tribunal Supremo estableciera que los estados no podían interferir en la decisión de una mujer sobre su embarazo en la sentencia «Roe contra Wade».
La semana pasada, el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, revocó «Roe contra Wade», con lo que acabó a la protección federal al aborto y dio permiso a los estados para fijar sus propias reglas.
Automáticamente, estados como Texas empezaron a implementar las llamadas «leyes zombis» que se habían proclamado antes de que el Tribunal Supremo garantizara el derecho al aborto en 1973, mientras que otros estados activaron «leyes resorte» llamadas así por haber sido diseñadas para entrar en vigor justo cuando se derogó el derecho al aborto.
En concreto, el fiscal general de Texas, el republicano Ken Paxton, ordenó a todos los fiscales texanos que persiguieran por la vía penal a cualquier médico que ayudara a una mujer a interrumpir su embarazo.
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