Los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos deberían empeñarse en restablecer prontamente el comercio petrolero fijando como meta por lo menos el volumen de intercambio existente antes de las medidas restrictivas extranjeras.
Para Estados Unidos, crecientes volúmenes de crudo venezolano presionarían a la baja los precios de la gasolina que se han disparado a raíz de la salida del mercado de los rusos y contribuiría a moderar la inflación que hoy es la más alta en 30 años agregando. Es cierto que algunos advierten sobre lo efectos que en las elecciones de medio término especialmente en Florida puede tener un cambio en las políticas hacia Venezuela pero más allá de ese estado -en el cual todo indica los republicanos ganarán las plazas del senado en disputa- tienen que ver el resto de la Unión en la cual el caso venezolano es irrelevante, pero si los precios del galón de combustible.
Solamente Chevron, de acuerdo a testimonio de expertos, con la ampliación o una nueva licencia de la OFAC puede pasar de 80,000 barriles diarios a 220,000/día llegando en 24 meses, con una inversión combinada de 11,000 millones de dólares, a un poco más de 800,000 barriles/día. A Chevron es posible sumar rápidamente Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford Internacional que aún se encuentran en el país.
En lo que a Venezuela se refiere el salto en ingresos sería muy significativo lo que contribuiría al rápido y sostenible crecimiento de la economía y con tal a mejores condiciones de vida para la población.
La semana pasada en la Asamblea Nacional la vicepresidenta ejecutiva informó que para vender nuestro petróleo hoy debe darse descuentos de hasta el 25 % y luego para disponer del dinero se carga con costos de hasta el 15 % lo que a lo que se negoció el año pasado significa que el país dejó de percibir unos 1,190 millones de dólares sólo por esos dos conceptos. Reestablecido el comercio petrolero con los Estados Unidos ni el descuento ni los costos de mover el dinero aplicarían con lo que solo con tal la disponibilidad de recursos sería mayor.
Aumentar la producción responsabilidad de Chevron hasta 220,000 barriles/día con un precio de venta promedio OPEP de 114,18 dólares el barril y un costo promedio de producción del petróleo venezolano de 23,5 dólares el barril, según la consultora noruega Rystad, permitiría ingresos netos adicionales, descontado el porcentaje que correspondería a la empresa estadounidense por el orden de los 2.239 millones de dólares que se convertirían en 11.186 millones de dólares con la producción hasta 800,000 barriles/día.
Aumentando la producción en las cifras señaladas, menores incluso que las públicamente pronosticadas por el Presidente de la República, _los ingresos por venta de petróleo crecerían hasta por 13 mil millones de dólares anuales para el 2023-2024_.
Venezuela debe ser, puede ser y esperamos que sea como ayer un proveedor confiable y regular de petróleo a Estados Unidos.
Por cierto, a unas pocas voces aisladas que hasta públicamente exigen que no se compre petróleo venezolano les ruego que miren la magnitud de la tragedia que padecen millones de nuestros connacionales y dejen de bloquear la posibilidad de nuevos ingresos que llegados si debiésemos exigir y cuidar que se volquen a mejorar la calidad de vida de todos.
Lo del petróleo sería el primer paso en la reconstrucción de relaciones históricas, la apertura de los consulados y el reinicio de los vuelos entre ambos países pudiera seguir en la lista.
Realpolitik, nada más.
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