En pleno siglo XXI y ya bien avanzado, parece increíble que en Venezuela se sigan poniendo trabas a la hora de realizar trámites sencillos como legalizar documentos o apostillarlos, todo un karma.
Y no solamente deberían ser trámites sencillos, sino rápidos y, ni siquiera, el ciudadano que los requiera debería presentarse físicamente al lugar donde los realizan, porque ya en el mundo moderno existen las firmas electrónicas y todo un mecanismo online, concebido para facilitar la vida de la gente.
Lamentablemente, en Venezuela hay que comenzar con pedir una cita que, o no funciona porque la página se cae o hay que sacarla en la madrugada o a media noche, que es cuando el portal abre.
El sistema de pagos es otro trámite engorroso y poco práctico, porque no funciona si no tienes la cita. Pero, cómo vas a sacar la cita si el portal del organismo casi nunca funciona.
Asimismo, tenemos el caso de los registros de cualquier documento. Ahora resulta que no es en cualquier registro, sino en los principales, lo cual dificulta la vida de tanta gente que necesita sus papeles.
Por ejemplo, en un pueblo en Bolívar, donde hay un registro subalterno, la gente no puede hacer un trámite allí, sino en el registro principal que está en la capital del estado.
¿Por qué no se vuelven a habilitar las legalizaciones en los registros de todo el país, si es el caso de que hay que ir a la sede?
Del otro lado, tenemos el proceso tan largo y fastidioso del apostille.
Lamentablemente, es un requisito que debe cumplir cada persona que desea salir del país, principalmente los estudiantes que quieren continuar con su preparación fuera de Venezuela.
Aquí cabe otra pregunta ¿Por qué el apostille tiene que hacerlo solo el Ministerio de Relaciones Exteriores?
Lo más ilógico es que hay ejemplos de avance tecnológico en organismos como Tránsito Terrestre o el Saime, los cuales se han modernizado a la par de estándares internacionales. Allí los trámites son eficientes y se realizan en pocos días. Por favor, ¿es tan complicado?
Hechos como estos son los que tienen paralizados a millones de jóvenes que desean estudiar o superarse y viajar al exterior. Igual que los familiares de quienes están en el exterior y tienen que hacer los trámites en el país.
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