Una vez más México servirá de escenario a partir de este viernes 3 de septiembre entre representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria de Venezuela, que aglutina a los principales partidos de la oposición, quienes bajo un memorando de entendimiento deberían comenzar a salir avances tangibles hacia acuerdos políticos.
Los dos bandos se vieron las caras a mediados del mes de agosto, en un gesto ya relevante habida cuenta del desprecio público que se han profesado durante los últimos años, marcados por una bicefalia en la que, frente a Maduro, el opositor Juan Guaidó se ha reivindicado ante Venezuela y el mundo como «presidente encargado» y, por tanto, «legítimo».
Sin embargo, la creciente presión internacional sobre el chavismo, a golpe de sanciones, y la falta de logros en la estrategia opositora llevaron a las partes a avanzar hacia un proceso de diálogo en el que México hace las veces de anfitrión y Noruega de mediador, bajo la premisa común de que cualquier acuerdo que se selle debe suscribirse sin injerencias externas, reseña Europa Press.
Los primeros contactos de agosto dieron como resultado el compromiso de sentarse de nuevo a la mesa del 3 al 6 de septiembre, ya con una «hoja de ruta» más clara, pero con un mensaje que suena ya a conocido en Venezuela tras varios procesos fallidos de diálogo.
«La negociación se dará bajo el principio de que nada está acordado hasta que todo lo esté», reza el memorando de entendimiento, que sí abre la puerta a «celebrar acuerdos parciales» si se considera que hay una necesidad «urgente» de ponerlos en práctica.
Venezuela tendrá el 21-N las elecciones regionales
En la mente de todos están las elecciones regionales y locales del 21 de noviembre, en las que por primera vez en tres años se ha ofrecido a participar la Plataforma Unitaria, que recupera de nuevo la bandera común de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con la que la oposición consiguió sus últimos éxitos electorales.
Los partidos del denominado G4 –Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo– asumen que «no serán unas elecciones justas ni convencionales», pero también ven en ellas «un terreno de lucha útil para fortalecer a la ciudadanía e impulsar la verdadera solución», esto es, la convocatoria de presidenciales y parlamentarias «libres».
Guaidó, miembro de Voluntad Popular, ha evitado sumarse inmediatamente a este llamamiento a la participación, por el que abogó en un primer momento el excandidato presidencial Henrique Capriles, más partidario de abrir nuevas estrategias y de entablar contactos alternativos.
Agenda de acuerdos en México
El memorando plantea ambiciones en materia de «derechos políticos», «garantías electorales», «convivencia política» o «protección de la economía». También plantea «levantamiento de las sanciones» y «restauración de derecho a activos» que permanecen congelados a día de hoy, una de las grandes reivindicaciones de Maduro y su entorno.
Sin embargo, los dos principales impulsores de sanciones, Estados Unidos y la Unión Europea, ya han dejado claro que no revisarán los castigos hasta que haya avances «significativos» en el diálogo. Ambos han reclamado la celebración de elecciones con garantías y el bloque europeo ha comenzado a tantear el terreno para una posible misión de observación electoral.
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