Luego del decreto de confinamiento por la pandemia que desató la Covid-19 en Venezuela y el resto del mundo, en el estado Monagas, especÍficamente, en Maturín, se ha detectado un incremento de niños y adultos que presentan situación de calle.
Los maturineses preocupados tanto por su seguridad y la de ellos, hicieron un llamado a las autoridades a activar un plan que se enfoque en la búsqueda y resguardo de estas personas, quienes en ocasiones andan por la ciudad sin vestimenta, descalzos y pidiendo alimentos o dinero para poder comer.
Sandra Milano, dijo que a diario transita las calles del centro de Maturín, por lo que observa, la presencia de los infantes y adultos más que todo en las panaderías o lugares donde expenden comida rápida, eso valiéndose de su suerte y que alguien se apiade de ellos y les dé algo para alimentarse.
«Es lamentable que muchos niños estén pasando por esta situación. Recuerdo que antes existía una organización que los buscaba y los llevaba a un lugar de refugio, pero creo que eso en la actualidad no está funcionando. Todos nos preguntamos ¿dónde está la Lopnna? Será que ese organismo dejó de funcionar? ¿O es que las autoridades ya no tienen competencia en esta materia?», destacó Inés Zapata.
«El hambre hace que salga a la calle, no puedo ver a mi abuela sufrir»
El sufrimiento de un niño por no tener qué comer, lo lanza a la calle para buscar algo con qué engañar su estómago. Este es el caso de un menor de 9 años y el de su hermana de 14, quienes residen en la población de Zamuro Afuera, ubicada en la vía nacional de Caripito.
Los pequeños, quienes por su seguridad no serán identificados, señalaron que su madre salió del país hace más de 10 meses, con el fin de enviarles dinero para una mejor vida, pero al pasar el tiempo, la comunicación madre e hijos se perdió, y solo quedó el consuelo de la abuela materna. Lo poco que ella consigue sólo alcanza para comer una vez al día.
«A veces salimos para ver qué conseguimos, muchas veces tenemos suerte y logramos conseguir a personas de buen corazón y nos ayudan, nos dan pasta, arroz, y con algo de plata que recolectamos podemos comprar pellejo de res y con eso comemos, pero hay días que recibimos maltrato, simplemente nos dicen que molestamos, pero solo andamos buscando qué comer y qué darle a nuestra abuela», esas fueron las palabras de los infantes que tienen que enfrentar esta dura realidad.
Lea también
Habilitan nuevos puntos de vacunación contra la Covid-19 en Maturín