El papa León XIV declaró este jueves que tolerar que millones de personas sufran hambre en el mundo representa «un fracaso colectivo». Estas palabras marcaron el inicio de los actos por el Día Mundial de la Alimentación, celebrados en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.
«En un tiempo en el que la ciencia ha alargado la esperanza de vida, la tecnología ha acercado continentes y el conocimiento ha abierto horizontes antes inimaginables, permitir que millones de seres humanos vivan y mueran golpeados por el hambre es un fracaso colectivo, un extravío ético, una culpa histórica», indicó.
El papa habló ante la FAO
El pontífice estadounidense se trasladó esta mañana desde el Vaticano hasta la sede de la FAO en Roma para participar en los actos conmemorativos del Día Mundial de la Alimentación, acompañado de otras destacadas personalidades como la reina Letizia y el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi.
En su discurso, pronunciado en español e inglés, reconoció como «sumamente triste» que actualmente y según los datos de esta agencia especializada de la ONU, 673 millones de personas en el planeta, entre estas muchos niños, «se van a la cama sin comer».
«Esto no es casualidad, sino señal evidente de una insensibilidad imperante, de una economía sin alma, de un cuestionable modelo de desarrollo y de un sistema de distribución de recursos injusto e insostenible», enfatizó.
Asimismo León XIV agradeció los proyectos que la FAO implementa en todo el mundo para mejorar la agricultura y la nutrición pero avisó de que la erradicación del hambre, fijada para el 2030 por los Objetivos del Desarrollo Sostenible, «solo será posible si existe voluntad real».
«No podemos limitarnos a proclamar valores. Debemos encarnarlos. Los eslóganes no sacan de la miseria», resaltó.
Destacó que las cifras del hambre «no son meras estadísticas».
«Detrás de cada uno de esos números hay una vida truncada, una comunidad vulnerable; hay madres que no pueden alimentar a sus hijos. Quizá el dato más conmovedor sea el de los niños que sufren la malnutrición, con las consecuentes enfermedades y el retraso en el crecimiento motor y cognitivo», señaló.
Por otro lado, el papa recordó a las multitudes sin acceso al agua potable, los alimentos, la atención médica, la vivienda digna, a una educación básica o un buen trabajo.
Pero también a aquellos que están «condenados a la muerte y a la adversidad» en países en guerra o violencia como Ucrania, Gaza, Haití, Afganistán, Mali, República Centroafricana, Yemen o Sudán del Sur, donde «la pobreza se ha convertido en el pan de cada día».
En este sentido, León XIV sostuvo que los numerosos conflictos de la actualidad «han hecho resurgir el uso de los alimentos como arma de guerra».
Pero, en su discurso, el papa también criticó la indiferencia con la que el mundo actual asiste a los conflictos.
«Contemplando el actual panorama mundial, tan penoso y desolador por los conflictos que lo afligen, da la impresión de que nos hemos convertido en testigos abúlicos de una violencia desgarradora, cuando, en realidad, las tragedias humanitarias por todos conocidas tendrían que instarnos a ser artesanos de paz», reivindicó.
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