Desde la llegada del Papa León XIV a la cátedra de Pedro, la afluencia de fieles al rezo del Ángelus los domingos en la Plaza de San Pedro junto al Pontífice ha aumentado sensiblemente.
Este domingo no ha sido una excepción. Un domingo de particular significado para el Santo Padre, pues este 14 de septiembre cumple 70 años.
Una pancarta frente al Palacio Apostólico, frente a los apartamentos pontificios, deseaba al Papa un buen cumpleaños: «¡Auguri Papa Leone!».
Los fieles desplegaron una pancarta para felicitar al pontífice
El Santo Padre, al finalizar el rezo, no quiso pasar por alto la fecha e hizo una breve referencia a su cumpleaños: «Como sabéis, hoy cumplo 70 años. Doy gracias al Señor, a mis padres y a quienes me han dedicado un recuerdo en la oración».
Tras el aplauso generalizado de los fieles presentes en San Pedro, las bandas musicales de Borno y de Sonico de Val Camonica (Lombardía) tocaron el «cumpleaños feliz» a un Papa León XIV que escuchó agradecido el pequeño homenaje.
Exaltación de la Cruz
En su reflexión previa al rezo del Ángelus, el Santo Padre habló de la festividad de este domingo: la Exaltación de la Santa Cruz, una fiesta que recuerda el descubrimiento de los restos de la Santa Cruz por parte de Santa Elena, madre del emperador romano Constantino el Grande, en Jerusalén en el siglo IV.
¿Por qué los cristianos transformaron un signo de muerte en un signo de vida? El Santo Padre trató de dar una respuesta.
«Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico y amigo, hasta el extremo de hacerse, por nosotros, pan despedazado en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se ha servido de uno de los instrumentos de muerte más crueles que jamás el hombre haya inventado: la cruz», señaló el Papa León XIV.
Por eso, celebrar la exaltación de la cruz significa recordar «el inmenso amor con el que Dios se abrazó a la cruz».
«Para salvarnos, ha transformado un medio de muerte en un instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él y que su caridad es más grande que nuestro pecado».
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