El jefe de la Oficina del Historiador, Miguel Mendoza, abordó el tema de las edificaciones patrimoniales de Maturín, destacando la importancia de estas estructuras para el imaginario colectivo de la ciudad, al rescatar datos históricos que forman parte de su identidad, bienes que están protegidos por leyes nacionales.
Con mucha entereza, el historiador destacó a la Escuela Vicente Salias ubicada en la avenida Bolívar, parroquia San Simón urbano, construida en el año 1.950 por el gobernador y poeta Alirio Ugarte Pelayo, como una de las edificaciones esenciales por su diseño adelantado para la época, pues la define como parte del casco histórico de Maturín.
“La Vicente Salias desde el punto de vista patrimonial, es una estructura que tiene gran importancia para la ciudad, esencial y muy relacionada con la redoma Juana Ramírez La Avanzadora, con la edificación de la Universidad Bolivariana de Venezuela, la plaza del Estudiante Guerra y Millán, la Catedral Nuestra Señora del Carmen, el palacio Episcopal, el liceo Miguel José Sanz y el antiguo Aeropuerto del municipio Maturín, pues todas ellas forman parte del eje patrimonial del casco histórico de Maturín”, argumentó.
Esta construcción presenta una estructura neoclásica, su frontón tiene que ver con ese estilo, sus ventanas, los espacios interiores, todas estas variantes la convierten en una esencial edificación de la ciudad.
En la edificación que cuenta con 75 años de antigüedad funcionaba una concentración escolar de Román Delgado Chalbaud. Posteriormente, fue cambiado su nombre por el del compositor venezolano, Vicente Salias, autor de la letra del “Gloria al Bravo Pueblo”, Himno Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
Salias fue uno de los fundadores y dirigentes de la Sociedad Patriótica de Caracas, redactor del periódico El Patriota de Venezuela y colaborador de Francisco de Miranda durante la Primera República.
Para finalizar, Mendoza afirmó que hablar de Maturín, sin mencionar sus edificaciones patrimoniales, es ignorar el imaginario como ciudad, espacios en los que se han formado académicamente miles de maturineses convirtiéndose en patrimonios de vital importancia para todos.
Por estas razones, es preciso conservar este espacio como un ícono de la ciudad y de ese eje del casco central que atesora la historia de la Sultana del Guarapiche.





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