La Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil dará inicio este martes a la etapa final del juicio contra Jair Bolsonaro, expresidente de ese país, quien enfrenta acusaciones de haber conspirado para llevar a cabo un golpe de estado tras su derrota en las elecciones de 2022 frente al actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Un tribunal compuesto por cinco jueces, que incluye a Cristiano Zanin, antiguo abogado de Lula, y Flávio Dino, exministro de Justicia del líder progresista, se encargará de emitir una sentencia, en medio de una intensa expectación tanto en los medios como en la sociedad.
El juicio se llevará a cabo en la sede del tribunal superior en Brasilia, y está previsto que dure aproximadamente cinco días: 2, 3, 9, 10 y 12 de septiembre.
Este proceso es uno de los más significativos en la historia reciente de Brasil, además de que ha estado influenciado por las injerencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El líder republicano ha castigado a diversos jueces del Tribunal Supremo brasileño y ha establecido aranceles del 50% sobre Brasil en respuesta al juicio contra Bolsonaro, al que ha calificado de una «caza de brujas» contra su socio político.
Durante la primera sesión, el juez instructor Alexandre de Moraes, a quien Bolsonaro califica de «dictador» y se considera a sí mismo víctima de una «persecución», presentará el informe del caso, que comenzó en 2023 tras el violento ataque a las instituciones del 8 de enero de ese mismo año.
Juicio contra Bolsonaro ¿De qué se le acusa?
La denuncia consta de 272 páginas y en ella Gonet sostiene que el ex jefe de Estado (2019-2022) fue el «principal articulador» y «líder» de una conspiración golpista que hasta incluyó un plan para asesinar a Lula y a otras autoridades.
El fiscal se basa en audios, registros de reuniones, documentos, testimonios y en la confesión del exayudante de Bolsonaro, el teniente-coronel Mauro Cid, quien también estará en el banquillo de los acusados.
Las revelaciones de Cid fueron clave para armar la denuncia contra Bolsonaro, quien se enfrenta a una posible pena de prisión de hasta 40 años.
El antiguo edecán afirmó que el expresidente brasileño recibió, leyó y modificó un decreto para declarar el estado de sitio, revertir el triunfo electoral de Lula y detener a una serie de autoridades, entre ellos algunos jueces del Supremo.
El propio Bolsonaro ha reconocido que sondeó «alternativas» constitucionales porque sintió que la Justicia le perjudicó en las pasadas elecciones, pero siempre ha negado que quisiera «dar un golpe» porque para eso, según él, se necesitan «tanques de guerra en las calles».
El golpe no triunfó porque la mayoría de los comandantes de las Fuerzas Armadas rechazó embarcarse en una aventura autoritaria de consecuencias imprevisibles.
Así, la Fiscalía acusa a Bolsonaro, de 70 años, de cinco delitos: tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, organización criminal armada, daño contra el patrimonio público y deterioro de patrimonio protegido.
Con la intervención de Gonet, será el turno de las defensas y, por último, votarán los cinco jueces. Alexandre de Moraes, como instructor, será el primero en hacerlo y propondrá una pena para los procesados.

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