Una comunidad que nació teniendo como fundadores a inmigrantes italianos, hoy se ve fortalecida y llena de júbilo por llevar el nombre de quien será el primer santo venezolano, el doctor José Gregorio Hernández.
A la luz de la fe, con muchas anécdotas y favores concedidos a través de la intercesión del Beato ante Dios, miembros de la Pequeña Comunidad Cristiana Católica (PCC), relatan sus experiencias.
Reina Fornica, hija de uno de los fundadores de la zona y con 57 años residenciada en el urbanismo ubicado en Las Cocuizas, relató que la comunidad era una zona rural, un ejido municipal, al cual llegó su padre, hacia 1968, seguido de otros paisanos.
«En 1951, mi padre migró a Venezuela, primero llegó a Caracas y luego se trasladó a Maturín, estando aquí nació la devoción por José Gregorio Hernández, por los milagros que oía que él hacía y junto a mi madre nos transmitieron esa devoción, de hecho, mi papá le puso este nombre al sector por esa devoción al Doctor».
Aseveró que sintió el favor del Dr. José Gregorio Hernández ante un problema de salud.
«En nuestra casa hubo una revelación del busto de José Gregorio, exactamente igual a una imagen que tenía mi mamá, se reflejó a la altura del piso, donde estaba colocada la bomba de agua, hay que tener mucha fe», dijo con emoción.
Dolencias que se curan milagrosamente
Ramona Monagas tiene 50 años en la comunidad y es devota de José Gregorio Hernández. Asegura que el Doctor le concede lo que ella le pide. «Tengo mucha fe en José Gregorio Hernández. Vivo pidiéndole porque he padecido muchas enfermedades y he sentido que he tenido muchísima mejoría».
Agrega, «fui operada de un tumor en la cabeza, saliendo de la operación sufrí un paro trombo pulmonar; en la clínica vi la imagen de la Virgen, no lo vi a él, sino después en una estampita y desde entonces soy devota, porque me dijeron que quedaría vegetal y aquí estoy, eso fue hace doce años».
Un anuncio muy esperado
Rosa Amelia Padrón vive en el sector hace 40 años. Se mostró muy conmovida al recordar el momento del anuncio de la canonización del médico de los pobres, con lágrimas en sus ojos dijo: «Sin palabras, fue una emoción muy grande, es demasiado bella esta noticia, la esperaba desde hace mucho tiempo. A mí se me cayeron los brazos sin explicación, no los podía levantar y él a mí me inyectó y me curó. Es una emoción que no se puede describir, era una luz inmensa, muy hermosa. En los estudios que me hicieron no me salió nada. El médico me dijo que fuera a la iglesia a hablar con el sacerdote porque eso era un milagro, pero no fui. Vivo pegada de él para que me cure mis piernas», afirmó Padrón.
La coordinadora de la PCC, Magalys Seballo, explicó que esta comunidad eclesial de base, lleva el mismo nombre del urbanismo, debido a que durante una novena en honor al patrono de la parroquia Las Cocuizas, se celebraría la eucaristía en el sector, oficiada por el padre Manuel Gerónimo Sifontes, quien preguntó el nombre de la zona, decidiendo en ese momento que la pequeña comunidad se llamase también José Gregorio Hernández. Desde entonces se celebra su festividad cada 26 de octubre.
En cuanto a la devoción por el Beato relató: «Desde que tengo uso de razón, soy devota de José Gregorio Hernández, siempre oía de sus milagros y favores, mis padres eran devotos igual que mi familia. El año 1991 me operaron de un abceso de pared que dicen que es difícil salir de eso, sin embargo me encomendé a él y a los quince días estaba trabajando, gracias a Dios, a él y a todos mis santos protectores», afirmó.
José Gregorio Hernández: Una presencia cercana
Estílita Daza es otra de las personas que ha sentido la presencia y el favor del próximo santo venezolano. «Soy devota de familia, de tradición, en mi familia ha habido testimonios de milagros. Mi abuela decía que la inyectaba y enseñaba la inyectadora. Considero que no es la imagen, sino la esencia de su persona, que actúa, por la fe que se tiene. En mi casa, todos tenemos una estampita del Dr. José Gregorio Hernández, es lo que sentimos, es el beneficio de su alma y corazón lo que nos da. Nosotros creemos en él, en sus milagros y acciones», afirmó.
Elena Fornica acotó que su devoción viene de familia. «Mi papá sentía un dolor de cabeza y se ponía a pedirle a José Gregorio, y mi mamá igual, y esa devoción nos la transmitieron a nosotros».
Resaltó la emoción vivida tras el anuncio de santidad de este insigne venezolano. «Te imaginarás la emoción para nosotros como miembros de este sector y pequeña comunidad cristiana católica José Gregorio Hernández cuando lo decretan Santo. Para mí fue tanta la emoción cuando vi la noticia en el celular, que lloré. Es que eso debió haber sido hace mucho tiempo. Hay mucha gente que ha recibido sanación por medio de él y que no lo han dado a conocer y aunque ya él es Santo, eso debe decirse a la iglesia, hay que manifestar los milagros, eso ayuda en la fe, a que la gente se acerque a Dios, de corazón, no por intereses personales, sino abrir el corazón a Dios que actúa en todo, a través de José Gregorio Hernández y es quien todo lo puede».
Con el apellido Hernández
Finalmente hablo el único hombre del grupo, quien también se mostró emocionado con la pronta canonización del médico de los pobres y de almas.
Aquiles Hernández, orgulloso además de llevar el apellido del Beato, refirió: «Hace unos años atrás tuve problemas de vejiga y me operaron. Estaban en la operación, el urólogo y mis dos hermanos que son médicos. Al salir del quirófano me llevaron a la sala de observación, allí me dio una crisis y recuerdo que vi al Dr. José Gregorio Hernández, para cuando desperté, estaba la enfermera haciéndome los primeros auxilios. Siempre he sido devoto, desde chamo, es una devoción de familia, por generación familiar. Mi mamá y mi papá eran devotos. Siempre estoy pendiente de todo lo que tenga que ver con José Gregorio, me identifico con él y lo llamo en cualquier eventualidad que tenga. Llevo el apellido Hernández».



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