Los clientes se muestran cada vez menos sorprendidos por el alto costo de los alimentos, al punto que alegan que no hay variación en muchos de los rubros. En este caso, al acudir a una pescadería, entre los precios de pescado fresco y salado ya no hay diferencia.
«Antes el pescado salado era más costoso, precisamente por el proceso de conservación, sin embargo ahora, los más económicos cuestan entre 170 y 240, tanto de agua dulce como el salado o incluso, de río», dijo Abraham Núñez, uno de los compradores.
Por su parte, Andrés Rodríguez, vendedor del rubro, manifestó, que los precios de pescado de mar se han disparado desde hace un tiempo por los constantes problemas para surtir gasolina, así como los inconvenientes que encuentran en la vía.
«A veces nos encontramos con problemas en la vía, otras hasta es preferible irse en caravana, aunque las cosas se han aplacado un poco, aún tenemos que dejar mercancía, eso hace que el pescado suba de precio, como otras veces encontramos que no hay mucha mercancía porque los pescadores poco salen al mar».

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