Este lunes 18 de marzo, Día Nacional del Niño y Niña Indígena, la Alcaldía de Maturín se sumó a tan importante celebración desarrollando una programación cultural y deportiva en la población de San José de Buja.
Este día, se conmemora desde el año 2006, cuando el Gobierno Bolivariano oficializó el Día del Niño Indígena como una forma de resaltar el protagonismo histórico, cultural, social y lingüístico de los niños indígenas.
La gestión municipal, a través del Instituto Municipal de la Cultura (Imculmat) y el Instituto Municipal de Deporte y Recreación (Imderma) llevó alegría a los pequeños que asisten al Complejo Educativo Gran Cacique Alberto Tovar, donde se promueve la educación intercultural bilingüe para preservar la tradición de los warao, uno de los tres pueblos originarios que hacen vida en Monagas.
Día del niño indígena
Yarima Barrillas, directora del centro educativo, agradeció el apoyo de la alcaldesa Ana Fuentes por sumarse cada año a esta celebración que más que homenajear a los niños y niñas aborígenes, permite revalorizar el carácter pluricultural y multiétnico del país, donde criollos e indígenas tienen los mismos derechos y deberes.
Las actividades culturales y deportivas fueron desarrolladas en los espacios de la escuela y sus alrededores. El plantel tiene una matrícula de 357 estudiantes de primaria y básica.
Los escolares participaron en una jornada recreativa con juegos didácticos y pintacaritas, a cargo del personal del Imculmat.
Mientras que, los niños más grandes estuvieron muy activos jugando kickingball, fútbol, ajedrez y participando en estaciones de agilidad y destreza guiados por los recreadores del Imderma.
Asimismo, durante la jornada de celebración, la agrupación Danzas Ilusión Criolla participó en un intercambio cultural donde los criollos presentaron muestras de joropo y las niñas waraos bailaron un mare mare.
Abel Martínez, miembro del consejo de ancianos de la comunidad warao, señaló que en Buja se mantienen las costumbres y tradiciones de su pueblo.
Al respecto, Yuleida Gascón, docente del área cultural manifestó que, el pueblo de Buja es muy unido y las familias mantiene un principio de hermandad entre todos.
«Desde muy pequeños, a los niños se les enseña su lengua materna, pues aunque pasen los años y el mundo este arropado por el modernismo, los waraos preservan su lingüística y principales costumbres en la forma de alimentarse y vestirse», agregó la docente.
También, enseñan de generación en generación la producción artesanal y sistema de cultivo y pesca.
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