Roberto Latini, el director general de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela –Fedeagro-, está alertando sobre los impactos negativos que la venta de combustible importado tendrá en el sector agrícola.
Latini lo considera “un duro golpe con el tema del combustible que ahora aparece un diesel importado y a precios exorbitantes”.
Precisó que se “está hablando de (precios) entre 0.70 ¢ 0.86 ¢ hasta 0,90 céntimos de dólar por 1 litro”.
“Lo que no se entiende es que hay una producción nacional y una oferta importada y no hay manera de diferenciarla y uno tiene que someterse a lo que el distribuidor le exija en el momento del despacho”, explicó.
Opina que “hay opacidad en las cifras”, en cuanto a la demanda y la producción del combustible. “Usted va a una estación de servicio a surtir diesel vehicular y no tienen, es decir que la oferta no es suficiente”.
En el programa Dos Más Dos de Unión Radio, en entrevista con Ginette González y Andrés Rojas, preciso que para el sector agrícola, según el área que se cultive y la extensión que se trabaje, “pero digamos que las necesidades van desde los 80 litros por hectárea hasta los 100 litros, hablamos de cifras de millones de litros”.
Destacó que el pasado fin de semana hubo un evento en Acarigua con representantes de PDVSA, el ministro de Agricultura y autoridades regionales y “una vez más” expusimos nuestras necesidades y “todos dicen que van a resolver el problema, pero los tiempos van pasando, esto es crónico como lo del sistema eléctrico”.
En cuanto a la siembra del maíz, Fedeagro espera que se mantenga en el entorno de los 250 mil a 300 mil hectáreas, pero es temprano para poder definirlo debido a factores financieros y de insumos”.
“Debemos cerrar este ciclo para ver en qué condiciones económicas quedamos”, acotó.
Señaló que las negociaciones para la comercialización del maíz no se hacen de manera tradicional debido a la ausencia de financiamiento, “hoy se está trabando básicamente a ciegas, lo único que se conocen son los últimos precios del año pasado y los precios internacionales, pero la industria no te acusa una demanda clara, ni dice cuanto va a comprar y eso ocasiona problemas de colocación de la cosecha, liquidez y pago oportuno de los productores”.
Explicó que es un tema de flujo de caja que se estanca y se convierte en una deuda de 6 meses a 1 año “y esto es gravísimo” y sin crédito bancario no se puede asumir el reinicio de otro ciclo de labranza sin dinero.
Sonia Pomenta Llaña/Unión Radio
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