Este martes 12 de diciembre, en la Catedral de Maturín, a casa llena fue honrada la Virgen de Guadalupe, Emperatriz de las Américas, en el día de la Morenita.
La misa se realizó a las 7:00 p.m. y fue oficiada por el padre Agustín Andarcia, donde la feligresía monaguense celebró con honor el día de la Virgen de Guadalupe, eucaristía que año tras año viene cobrando mayor fuerza en Monagas.
La especial participación del Mariachi «Así Canta México», le dio el toque a la celebración eucarística dedicada a la Morenita, donde la feligresía monaguense pidió por el bienestar de nuestra entidad.
Honor a la Virgen de Guadalupe
La fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe celebrada cada 12 de diciembre, conmemora la aparición de la Virgen María al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac, hecho que ocurrió en el año 1531 en México.
Este acontecimiento es fundamental en la fe y la cultura de México y de gran parte de América Latina, siendo un símbolo de unidad y esperanza que trasciende fronteras culturales y sociales.
La venerada Virgen de Guadalupe representa no sólo un milagro, sino también un punto de encuentro entre diferentes mundos y tradiciones.
Anunciando las buenas nuevas
Justamente, en la lectura del Evangelio según San Lucas 1:39-48 nos lleva a un momento íntimo y poderoso en la vida de María.
Tras recibir el anuncio del ángel Gabriel, María visita a su prima Isabel. Este encuentro es notable, ya que Isabel, también milagrosamente embarazada, bendice a María y al fruto de su vientre. María responde con el Magníficat, un cántico de alabanza que refleja su humildad y su profunda fe.
Este pasaje, resalta la humildad y la disposición de María a servir a Dios. Su «sí» incondicional, muestra su completa confianza y entrega a la voluntad divina.
María proclama la grandeza de Dios y su misericordia a lo largo de todas las generaciones, destacando así la continuidad de la promesa de Dios y su fidelidad hacia los humildes y los marginados.
El viaje de María para visitar a Isabel también es un acto de solidaridad y cuidado. Esta conexión entre las dos mujeres resaltó la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo, valores centrales en la devoción a la Virgen de Guadalupe.
La Virgen apareció a un humilde indígena, eligiendo un intermediario simple y sincero para transmitir su mensaje, similar cómo María misma fue elegida por su humildad y fe.
Se trata de un mensaje de esperanza y justicia, al resonar con las aspiraciones de los marginados y oprimidos. María celebra la acción de Dios que derriba a los poderosos y eleva a los sencillos, un tema que encuentra eco en la veneración de la Virgen de Guadalupe, convertida en un símbolo de justicia social y empoderamiento para muchos en todo el mundo, así como se celebra en Maturín.
Tanto en el relato bíblico como en la tradición guadalupana, María emerge como una figura de profunda fe, humildad y compromiso con los desfavorecidos.
Su ejemplo inspira a vivir con una fe profunda, a buscar la justicia y a apoyarnos mutuamente en comunidad, recordando que Dios a menudo obra a través de lo simple y lo sencillo para revelar su amor y misericordia.
Ofrendas y organización
Al concluir, el padre Agustín Andarcia, agradeció a las personas que colaboraron con la realización de la misa, de manera especial a quien se ha convertido en el motor de esta celebración, la señora Graciela Morreale.
Ella junto a su familia, vienen respaldando todos los detalles de este encuentro, debido a la inmensa devoción que sienten por la Virgen del Guadalupe, la Emperatriz de las Américas. De hecho, el padre Andarcia pidió a la Virgen que conserve a la señora Graciela por muchos años más.
Al finalizar, la alegre y contagiosa música de los mariachis constituyeron el cierre perfecto para esta gran celebración.
Fotos: Nino Prez
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