Pedro Sánchez reelegido nuevamente como presidente por el Congreso de los Diputados de España con 179 votos a favor y 171 en contra.
Esta es la tercera vez en los últimos cinco años que Sánchez es nombrado presidente del Gobierno por la Cámara Baja. La primera vez fue en 2018, cuando tuvo éxito en la moción de censura contra el entonces presidente Mariano Rajoy, y la segunda vez fue en 2020, después de las elecciones generales.
Pedro Sánchez reelegido como presidente del Gobierno de España
Antes de la votación, Sánchez debatió con los portavoces de todos los partidos políticos representados en el parlamento durante el miércoles y la mañana del jueves. Después de una primera sesión tumultuosa, la segunda fue mucho más tranquila.
El líder socialista obtuvo el apoyo de otras siete formaciones políticas: Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Junts per Catalunya, EH Bildu, Partido Nacionalista Vasco (PNV), Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Coalición Canaria (CC). En contra, se encontraban los conservadores del Partido Popular (PP) y Unión del Pueblo Navarro (UPN), así como la ultraderecha de Vox.
Durante las dos jornadas de investidura, el conflicto en Gaza fue un tema recurrente en los discursos de la mayoría de los partidos. Formaciones como Sumar, PNV, EH Bildu o ERC exigieron una postura en contra de los ataques de Israel a la población palestina.
Sánchez anunció que su futuro gobierno trabajará para que la Unión Europea reconozca al Estado palestino y también pidió un alto al fuego y la entrada inmediata de ayuda humanitaria para la población de Gaza.
Otro tema importante que se discutió durante la investidura fue la futura ley de amnistía pactada entre el PSOE y los partidos independentistas catalanes ERC y Junts, a cambio de su apoyo. Esta ley beneficiaría a los investigados por el proceso secesionista en Cataluña de la última década.
Los más críticos con este tema fueron los representantes del PP y Vox. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, centró su intervención en criticar este pacto y acusó a Sánchez de actuar en beneficio propio.
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, fue aún más duro en sus palabras. Habló de «dictadura», «golpe de Estado» y calificó al gobierno de Sánchez como «ilegal». Incluso comparó al candidato socialista con Adolf Hitler, asegurando que Sánchez llegaba al poder democráticamente para luego acabar con ese sistema político.
Después de ser reprendido por la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, por sus palabras ofensivas, Abascal abandonó el Hemiciclo junto con los otros 32 diputados de su grupo. No regresaron al Congreso hasta el día siguiente para participar en la votación.
A partir de ese momento, el debate fue más tranquilo para Sánchez, con las intervenciones de grupos que ya habían anunciado su apoyo. Sin embargo, los representantes catalanes expresaron su desconfianza y recordaron que su apoyo está condicionado al cumplimiento de los acuerdos pactados.
Casi todos los grupos que respaldaron a Sánchez se dirigieron al líder del PP para hacerle las mismas consideraciones.
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