La mayor renovación que podemos plantearnos los venezolanos es conformar el Equipo Venezuela. Su ausencia es la principal explicación de por qué teniendo tantos recursos somos un país pobre. La polarización agrava el desencuentro y sus consecuencias que nos empobrecen en lo económico, social, político y cultural.
Para poder tener éxito necesitamos cooperar. Necesitamos construir el mito contrario a la concentración vertical del poder en un pequeño grupo que se presente como mesías, al odio de clases, al revanchismo, al colectivismo y al reparto como modo de vida y sometimiento político de gente pobre y con capacidades limitadas. Necesitamos construir el mito de la interdependencia entre seres y sectores organizados capaces y cuyas libertades y derechos sólo tengan como límite las libertades y derechos de los demás y el principio de la Solidaridad Voluntaria. Necesitamos un gobierno horizontal, efectivamente pluralista y democrático que se proponga escucharnos, respetarnos e enriquecernos a todos.
Según Yuval Harari, en su obra, Sapiens: De Animales a Dioses, el Homo Sapiens se hizo más inteligente debido a que pudo cooperar y la cooperación en grupos numerosos depende de: 1. La flexibilidad en la combinación de palabras o signos. 2. Utilizar esa flexibilidad para emitir juicios sobre las circunstancias y personajes; el chismorreo, a través del cual nos decimos en quien confiar o no confiar, quién es más capaz que otros, etc. o hablar sobre el pasado y el futuro. 3. Construir mitos, creer en cosas imaginarias que no existen; tales como la protección del león sobre la tribu; el valor del oro o del dinero (sin respaldo real); el otortar crédito por valor 10 veces mayor a los depósitos recibidos por la banca; los Derechos Humanos; las leyes; las religiones y filosofías de vida. Estos tres factores, especialmente los mitos, son los que nos han dado la capacidad de ser más cooperadores e inteligentes, permitiéndonos planificar, cooperar y revisar nuestras estrategias para alcanzar victorias o mayores logros que los grupos que no puede cooperar en grandes número.
Los mayores niveles de vida que se observan en la humanidad se concentran en los países desarrollados, los cuales se caracterizan por compartir tres mitos: la Democracia Pluralista (no la Popular-Autoritaria); y el Capitalismo con Responsabilidad Social.
Aunque estos dos mitos presentan fallas, las mayoría de los habitantes de esos países llamados desarrollados creen en ellos. Por el contrario, en todos los países subdesarrollados se observa que ninguno tiene una Democracia efectivamente pluralista y, en lo económico, la mayoría de los países pobres son estatistas y descalifican la propiedad y la empresa privada. Los pocos que gobiernan ofrecen repartos de riqueza (en vez de enseñar a pescar) o venganzas reivindicativas de quienes (supuestamente) explotaron a los pobres.
Si Venezuela se ha encontrado históricamente entre los países subdesarrollados, lo inteligente y sensato es cambiar inventándonos otros mitos. En este sentido me imagino esta Nueva Venezuela:
– Ciudadanos, orgullosos de ser venezolanos, hablamos de lo bueno de nuestra historia, personajes destacados mundialmente, recursos, productos, y le bajamos dos a la autocrítica.
– Integremos a todos los personajes que han sido factores de cambio en nuestra historia. Nos gusten o no, han sido héroes para muchos.
– Démosle vuelta al mito del petróleo: En vez de creernos que somos ricos, plantiémonos que tenemos que “Sembrarlo” para dejar de ser una país rentista y monoexportador. Este vuelco no sólo induce la riqueza, sino que también nos hace más democráticos porque la diversificación de las fuentes de poder económico acarrea la diversificación de las fuentes de poder político.
– Sustituir el mito de los “Ajustes de la Economía” mediante restricciones monetarias (en gasto público, crédito bancario, tasas de interés, impuestos, devaluaciones abruptas, etc.), mito que nunca ha producido resultados estables, por el de la “Reestructuración de la Economía”, mediante la cual basaríamos la lucha contra la inflación en el incremento de la productividad.
– Para ello necesitamos invertir y producir más, liberando el crédito, democratizando el capital de las empresas del Estado, orientar el comercio exterior según aranceles comparables a los de los países con los que comerciamos o en tratados de libre comercio; no en cero aranceles ni, mucho menos, en contrabando apadrinado por personajes influyentes.
– Rescatemos la descentralización político-administrativa, para mejorar potenciar las sociedades regionales, nuestros servicios públicos y la rendición de cuentas.
– Podemos ser en un país multimoneda. Así bajaría la inflación “de la noche a la mañana” y podríamos prestar las divisas depositadas en cuentas en custodia. Por favor, no creamos que por prestar a menores tasas de interés a ciertos sectores se produciría más. El problema de esos sectores no es el monto de la tasa sino que no hay crédito suficiente y terminan endeudándose a tasas escandalosas en fuentes informales o desmotivando a la banca a prestarles si la obligan a prestar a tasas “preferenciales”.
-A nivel de relaciones gobierno-empresa, necesitamos destacar y valorar que estamos mejorando en la generación de acuerdos efectivos, por encima de reuniones interminables e inconsecuentes.
– Destaquemos que, a nivel de relaciones empresa-empresa, cada vez más se generan alianzas que van desde casos como el de las marcas propias de Farmatodo producidas por excelentes industriales nacionales, como Puríssima, o el caso de la leche La Pastora y Convelac, hasta ejemplos de nivel mundial como el de ASOPROCO, la asociación de productores de camarones cuya exportación anual ya pasa los US $ 1.000 millones y su producción se ha extendido hasta el cangrejo azul, la tilapia (cultivada por los productores de arroz) y la producción para la exportación de frutas tropicales exótica de alto valor.
– Tenemos la oportunidad de generar relaciones entre empresas y los múltiples sectores, públicos y privados, a nivel de localidades y regiones mediante proyectos de Mercadeo de Localidades para estimular la inversión, productividad, competitividad y exportaciones promoviendo las cadenas de producción más competitivas de cada región.
– Tenemos la enorme oportunidad de crear un movimiento de “Compre Venezolano” y su complemento “Marca País” con base en las excelentes marcas que producimos.
El principal instrumento que tenemos para lograr formar el “Equipo Venezuela” es desarrollar nuestra inteligencia emocional, la cual nos induce un sesgo asociaciativo que superaría la polarización, el predominio de la motivación al poder, sustituyéndolo por la motivación al logro.
@joseagilyepes
Lea también:
A las puertas de la Tercera guerra mundial