Simone Biles, la gimnasta estadounidense, añadió otro triunfo a su ya legendaria carrera al ganar el viernes su sexto título de campeona mundial de gimnasia artística.
Sólo otro ícono, el japonés Kohei Uchimura, había logrado esta hazaña antes que ella. Biles se impuso en la final del concurso completo de los Campeonatos del Mundo que se están celebrando en Amberes, Bélgica.
El mismo escenario donde Biles se coronó hace diez años campeona del mundo, dando inicio a una impresionante carrera que le ha convertido en la mejor gimnasta de todos los tiempos.
De esta manera, por séptima vez consecutiva, Estados Unidos (167,729) se proclamó campeón del mundo de gimnasia artística por equipos femenino.
Simone Biles se estrenaba en salto, y terminaba con su rutina de manos libres, en el suelo. Sus dos especialidades.
De acuerdo a la reseña de El País de España, Simone Biles empezaba seria, pero su sonrisa afloraba con el paso de la final: estaba a punto de igualar el número de medallas mundiales y olímpicas del bielorruso Vitaly Scherbo (33).
La plata se la colgó Brasil (165,530), con Francia (164,064) cerrando el podio y seguida de China (163,162), Italia (162,997), Gran Bretaña (161,864), Países Bajos (159,563) y Japón (157,496).
Aunque sobraban presentaciones para atletas como Rebeca Andrade, campeona del mundo del año pasado, Shilese Jones o Melanie Dos Santos.
Del accidente de coche que obligó a la estadounidense Shilese Jones a operarse los tobillos no quedaba rastro. Jones iniciaba la rotación en salto con un 14,100, mientras que Gran Bretaña, con quien compartía aparato, le hacía frente con un 14,166 de Ondine Achampong.
Simone Biles hace historia con el nuevo Biles II: El salto imposible
Simone Biles, que no se atrevía con el salto con el que hizo historia el domingo, el ahora Biles II, y salvaba la acrobacia, un Yurchenko con doble giro, en el aterrizaje y tras perderse en el aire para marcar un 14,800. Esta vez, más seria.
En barras asimétricas, la china Qiu Qiyuan, la única mujer en superar a Biles en clasificación, destronaba a Rebeca Andrade, que hacía de las suyas y clavaba el aterrizaje. Y sin esperarlo, el caos y los fallos reinaban en el tramo final de la primera rotación.
Mientras, la presión podía con una Gran Bretaña que luchaba en barras asimétricas con Biles, que recuperaba su sonrisa al anotar un 14,466.
No erraba la vigente subcampeona mundial de asimétricas, Jones, que aumentaba la diferencia con el resto de países y se acomodaba el oro. Francia, entre las sombras, aprovechaba los fallos de las británicas y se colocaba en posición de podio detrás de Estados Unidos y China, ambas inalcanzables a falta de dos rotaciones.
Andrade superaba el tiempo reglamentario en la barra de equilibrio, y salía penalizada, pero en suelo deleitó con una rutina que le valía un 14,666.
China no podía con la campeona olímpica en salto Andrade, que marcaba un 14,900, y se tuvo que conformar con el cuarto lugar.
Biles se deslizaba por la barra de equilibrio y clavaba la salida, con el que ya era su palacio en silencio, observándola y viendo su 14,300. Pero ponía la guinda final en suelo. Era el último ejercicio. En su mano, la medalla de oro.
Y la agarró, con un 15,166, sonrió y miró al cielo. Simone Biles y Estados Unidos volvían a ser campeonas del mundo.
Una atleta magistralmente distinta del 2019 a 2023. Y el tiempo ha premiado su esfuerzo y dedicación.
Simone Biles renovada
Una nueva Simone Biles que ya condujo el pasado miércoles a Estados Unidos a su séptimo título consecutivo de campeón del mundo por conjuntos, una medalla que permitió a la de Ohio sumar su vigésimo sexta medalla -20 oros, 3 platas y 3 bronces- en unos Mundiales, más que nadie en la historia.
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