La mañana de este viernes se rindió un merecido tributo a quien fuera fundador y director de la Unidad Educativa Integral Nuevos Horizontes, ubicada en la avenida Bicentenario de la ciudad de Maturín, junto a docentes, padres, representantes y amigos entrañable del reconocido Ramiro Antonio Toro Valbuena, quienes tocaron para él, el último timbre a la salida del féretro, donde estudiantes y docentes realizaron la correspondiente guardia de honor.
Durante las exequias, el padre Samael Gamboa, destacó las virtudes de Ramiro Toro durante su vida, como lo fue acompañar a la Fundación Por Amor a Tí, junto al doctor Manuel Velásquez, junto a quien fundó dicha asociación para beneficio de los niños más necesitados e hizo hincapié que para los cristianos católicos, la muerte solo es un paso a la vida eterna, al encuentro con Dios que llama a los justos para ser miembros del Reino de Cristo Resucitado y trajo a colación las palabras de San Agustín, quien habló de la parte humana y sentimental del hombre, la expresión de llevar flores y la presentación de la oración por el ser amado que va a la presencia de Dios.
Fortalezas
Por su parte, el profesor Hernán Barreto, otro de los fundadores de la institución, resaltó que el Licenciado deja muchas fortalezas para beneficio del instituto, para los docentes y alumnado en general; mientras que el profesor Yordi mencionó que no es posible despedirse de un hermano que ha dado tanto y nunca se cansó de ser bueno. «Querido amigo Ramiro Toro, estoy seguro que pronto volveremos a estar contigo y te daremos el abrazo que no pudimos darte, despedimos tu cuerpo porque estamos seguros de que seguirán con nosotros. Es hora de decir hasta luego entre tu silencio y mi pena».
Apoyo
Representantes de diversos institutos privados mencionaron el apoyo y respaldo de Ramiro Toro como presidente de Andiep y las políticas de ayuda para todos los directivos y profesores de esta asociación en Monagas.
Su hermano de vida y amigo de siempre, Doctor Manuel Velásquez, mencionó «todos saben cuanto me quería y cuanto lo quería yo, mi compañero de proyectos, de planes, de trabajo, por una Venezuela tan nuestra, digna, fue mi amigo irrepetible, mi pana, mi hermano querido como me llamaba y lo llamaba. Le decía que nunca quería verlo así, y se fue, te fuiste Ramiro sin despedirte, solo lamento no haber llegado a tiempo para darte vida el último minuto», dijo entre sollozos, a la vez que recordaba los momentos cuando sus hijos pasaron por el instituto hasta graduarse de bachilleres.
Asimismo, se le rindió tributo con las canciones que disfrutaba el Licenciado Toro Valbuena, entre mariachis y música venezolana, éstas últimas entonadas por las dos estudiantes destacadas por su promedio y a las que Ramiro Toro había becado para esta año escolar.
Partió un amigo, un hombre leal que deja muchos grandes y hermosos recuerdos entre compañeros de labores, amigos, vecinos, familiares y allegados, seguros que Dios le ha recibido como siempre lo fue en la tierra, como un hombre humilde y dichoso de hacer el bien, orientar, aconsejar y amar.
Descanza en Paz Ramiro. El Señor te conduzca a su morada eterna!
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