Los cuatro niños que durante 40 días estuvieron perdidos en la selva amazónica, tras sobrevivir a un accidente aéreo en el que viajaban junto a su madre, otro adulto y el piloto, fueron dados de alta del hospital donde permanecían desde el 9 de junio, informaron a EFE fuentes oficiales.
«Los niños ya no están el hospital», dijeron fuentes del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que es el encargado de determinar quién va a quedarse con la custodia de los cuatro menores, ya que la madre murió en el accidente y tras las acusaciones que tiene el padre.
Los pequeños salieron la noche del jueves del Hospital Militar Central (HMC) de Bogotá y se encuentran «muy bien», después de que el 9 de junio fueran rescatados tras 40 días perdidos y trasladados a este centro médico, donde llegaron en una pronunciada condición de desnutrición y deshidratación.
El pasado 18 de mayo, las autoridades colombianas al encontrar la aeronave determinaron que lo niños estaban vivos, pero habían desaparecido del lugar donde se registró el accidente aéreo ocurrido en las selvas del sur de Colombia, en una avioneta en la que viajaban con otros tres adultos, cuyos cuerpos habían sido encontrados sin vida. Habían transcurrido 17 días del accidente.
Milagro en el Guaviare: Niños sanos y salvo
El avión Cessna 206, operado por la compañía vialine Charter’s, desapareció de los radares el pasado 1 de mayo por una supuesta falla en el motor cuando volaba entre Araracuara, una remota localidad ubicada en la frontera entre los departamentos de Caquetá y Amazonas, y San José del Guaviare, capital del departamento de Guaviare.
Las autoridades hallaron la aeronave en una zona rural del caserío Palma Rosa y los cuerpos sin vida de los tres adultos, quienes viajaban con ella, pero no encontraron rastro alguno del bebé de 11 meses y de los tres niños de 13, 9 y 4 años de edad que iban allí.
Los niños de la etnia uitoto, que están sanos y salvos, fueron identificados como Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4, y de Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses; su madre falleció en el accidente.
En las labores de búsqueda de los menores, desaparecidos en una zona lluviosa y espesa lo que las hizo más difíciles, han participado más de 100 miembros de las Fuerzas Militares junto a 3 caninos entrenados en búsqueda y rastreo, así como indígenas de la región, todo apoyado por helicópteros.
El Ejército del Aire se unió a la operación de rescate denominada «Esperanza» con tres helicópteros. A bordo de una de estas aeronaves, un altavoz, capaz de cubrir un área de unos 1.500 metros, emitía un mensaje grabado por la abuela de los niños.
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