Hace 234 años, es decir un 14 de julio de 1789 se registró en Francia la Toma de la Bastilla y aunque la Revolución Francesa se inició oficialmente el 5 de mayo de ese año, fue uno de los eventos que marcaron este movimiento y la historia, el cual se toma de referencia para conmemorar el Día Nacional de Francia.
En ese entonces, se debatió el estilo de vida que llevaba el rey Luis XVI en el castillo de Versalles, comenzando así el Día Nacional de Francia.
EL 14 de julio de 1789 el pueblo de Francia tomó la fortaleza de la Bastilla dando inicio a una de las revoluciones más importantes de la historia. No solo por su carácter político, sino por su legado para los derechos de libertad, seguridad y propiedad. Fue gracias a este acontecimiento que el 26 de agosto de 1789 se adoptaría en Francia la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
En 1789, Francia se ahogaba en deuda. La gente pasaba hambre mientras el rey, Luis XVI vivía en la opulencia y el derroche. El alza de los impuestos, que solo se cobraban a la población más pobre y a la burguesía de clase media, detonó el malestar del pueblo que ya se encontraba inmerso en la miseria, la injusticia y el abuso de la nobleza.
En algunos lugares de Francia nuevos pensamientos comenzaban a brotar. La era del naturalismo y de las ideas traía consigo nuevas corrientes filosóficas que ponían en duda las monarquías autoritarias y proponían la igualdad del hombre.
Francia: Igualdad, libertad y fraternidad
Las tensiones aumentaron el 11 de julio de 1928 cuando Luis XVI despidió a su ministro de finanzas, Jacques Necker, un banquero de ginebra que era visto como el último vínculo entre el pueblo y el rey . Los parisinos hartos, se organizaron por iniciativa del periodista revolucionario Camille Desmoulins y se manifestaron en los jardines del Palacio Real. La manifestación popular fue dispersada con fuerza, provocando aún mayor irritación. En los días siguientes, París se convirtió en una ciudad violenta, donde los saqueos y las trifulcas se convirtieron en el combustible que llevó a los revolucionarios a levantarse en armas dirigiéndose a la Bastilla, haciéndose llamar Ejército de Ciudadanos.
La Bastilla o Bastille significa castillo o fortaleza. Este edificio con muros de 25 metros de altura era una construcción medieval que funcionaba como prisión. Desde el siglo XIV, la Bastilla se había convertido en una de las prisiones favoritas de los reyes, pero durante los años previos a su asalto y ante la crisis financiera que vivía el país, se encontraba en total decadencia. Aquel 14 de julio únicamente había 7 prisioneros. Sin embargo, era un edificio que representaba la tiranía y la opresión de la monarquía absoluta.
Capturar la Bastilla fue un gran triunfo para la población. La victoria le demostró al pueblo francés que estaba listo para levantarse en armas. Inmediatamente después, la revolución comenzó a extenderse por toda Francia. Adentrándose en el descontento de las clases oprimidas bajo el lema Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Tan solo seis semanas después del ataque a la Bastilla, la Asamblea Nacional Constituyente de Francia redactó y adoptó la Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos el 26 de agosto de 1789. Inspirada en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776 y reflejando el espíritu filosófico del siglo XVIII, se convirtió en un documento precursor de los derechos civiles a nivel nacional e internacional.
La Declaración proclamó que a todos los ciudadanos se les deben garantizar los derechos de “libertad de propiedad, seguridad y resistencia a la opresión”. Argumentando que la necesidad de la ley se deriva del hecho de que el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre tan solo tiene como límites los que garantizan a los demás el goce de estos mismos derechos. En su artículo 1° estableció que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos.
No cabe duda de que la Declaración fue un momento decisivo en la historia de los derechos civiles y los derechos humanos, con un alcance mayor que el de la mayoría de los documentos anteriores. Sin embargo, los derechos que implicaba no se extendían en absoluto a todo el mundo. Aún faltarían algunos años para que poco a poco, surgieran textos similares en diferentes países de Europa y América Latina.
A pesar de esto, la Declaración fue uno de los logros más significativos y duraderos de la Revolución francesa. Tanto que hasta el día de hoy es reconocida como una de las bases fundamentales para el desarrollo de los derechos civiles: aquellos que tratan de garantizar la libertad de las personas. La función de los derechos civiles consiste en limitar la intervención del poder en la vida privada de las personas, algunos de los ejemplos más importantes son: el derecho a la vida, a la libertad ideológica y religiosa, el derecho a la libre expresión o el derecho a la propiedad.
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