Las armas suministradas por Occidente a Kiev están siendo utilizadas por los manifestantes en Francia y «golpeando a su propio pueblo», declaró la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova. Sus palabras llegan después de que en el país europeo estallaron protestas masivas por la muerte del joven Nahel, quien fue abatido por un policía.
«Las armas suministradas a Kiev acaban en manos de esos mismos manifestantes y están siendo utilizadas contra la Policía en Francia», advirtió la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
La vocera enfatizó que las mismas armas que Occidente, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Francia están suministrando, y el mismo dinero que «están invirtiendo en apoyar a neonazis ucranianos no solo tienen efecto bumerán en su territorio, sino que están golpeando a su propio pueblo».
En marzo de 2023, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, señaló que las armas occidentales suministradas a Ucrania están llegando a zonas en conflicto de todo el mundo.
«Kiev está recibiendo armas sin control, se apoya abiertamente a batallones ultranacionalistas cubiertos de la cabeza a los pies con emblemas y tatuajes nazis, se recluta a mercenarios de países de la OTAN y a terroristas internacionales. Hay pruebas de la transferencia de armas letales desde Ucrania a puntos calientes en el extranjero», declaró en ese entonces.
Desde Rusia enviaron notas de protesta a todos los países que suministran armas a Ucrania y advirtieron que estos países se están convirtiendo en parte del conflicto.
Francia en medio de disturbios y protestas
Desde el 27 de junio, Francia es escenario de fuertes protestas y disturbios desencadenados por la muerte del joven Nahel M., quien fue abatido por un policía en un control de tráfico en la ciudad de Nanterre. El policía afirmó al principio que le había disparado porque el menor, supuestamente, amenazó su integridad, pero los videos en redes sociales desmintieron esa versión.
Desde entonces, los manifestantes incendiaron y vandalizaron miles de vehículos, más de 1.000 tiendas y oficinas bancarias, así como decenas de ayuntamientos y escuelas a lo largo del país. El 4 de julio, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró que pasó «el pico» de los disturbios en el país.
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