El pasado jueves, dos rectores principales y seis suplentes del Consejo Nacional Electoral, con su presidente Pedro Calzadilla a la cabeza, renunciaron, sumándose así a la de meses atrás del suplente Francisco Martínez, expresidente de Fedecámaras, y la salida de Tania D’Amelio, designada Magistrada del Tribunal Supremo de Justicia. A la fecha no anuncia decisión alguna el rector principal Enrique Márquez.
Independientemente de lo que los motivó a separarse de las responsabilidades que debían ejercer por siete años y de lo que resuelva Márquez, lo cierto es obligante reconocer el positivo desempeño de todos especialmente en las elecciones regionales y municipales del 2021.
El 21 de noviembre, del citado año, 131 partidos políticos con casi cuarenta mil candidatos de los cuales cerca de treinta y cinco mil se presentaron como opositores, concurrieron para disputarse 23 gobernaciones, 335 alcaldías y centenares de diputaciones regionales y concejalías.
Es de destacar que por vez primera luego de varios procesos en lo que los llamados a la abstención fue la constante, todo el espectro político venezolano decidió presentar candidatos.
Las elecciones regionales y municipales se dieron sin mayores incidentes, incluso con la veeduría de una misión de la Misión Europea cuyo informe final lleva a concluir que se cumplieron con estándares internacionales. Hubo observaciones es cierto pero en toda elección en cualquier rincón del mundo la hay y si no pregúntenle a Trump que aún hoy grita que le robaron la presidencia de los Estados Unidos.
Fueron electos primero 3 gobernadores, luego 1 más, el de Barinas, 127 alcaldes y decenas de legisladores y concejales, provenientes de las filas opositoras alcanzando las fuerzas de oposición un total de 44.90 % de los votos válidos emitidos contra 40.22 % de los oficialistas con una abstención cercana al 57,74 %.
Si bien la oposición obtuvo 3.972.900 votos contra 3.595.490 del oficialismo, vale afirmar 377.410 votos más, el oficialismo copó la mayoría de los cargos a elegir por la torpeza y mezquindad de la dirigencia opositora que incapaz de deponer odios y anteponer el interés de los pueblos que decimos representar fuimos incapaces de presentar candidatos unitarios enfrentándose en promedio diez opositores a un oficialista. Y no solo se trata de los casi cuatrocientos mil votos más de los proclamados opositores sino que adicionalmente 12 millones 250 mil 671 venezolanas y venezolanos se quedaron en sus casas sin votar.
Obvio que no es responsabilidad del CNE que millones no votaran en el 2021 como tampoco que la multiplicación de candidatos opositores posibilitara el triunfo oficialista. El Poder Electoral hizo su trabajo y lo hizo bien; allá la dirigencia opositora que no supimos entender la gran oportunidad que tuvimos delante.
Demostrado está suficientemente que en Venezuela no hay atajos para lograr un cambio y que el gobierno, malo, remalo, que nos calamos, no saldrá por vía diferente a la electoral.
En los próximos días se seleccionarán los representantes de la sociedad civil en la Comité de Postulaciones. Todo aquel que tenga credenciales suficientes debería postularse o ser postulado ante el Comité preliminar conformado por Diputados y Diputadas. En lugar de rumiar o tuitear sobre un hecho consumado, la renuncia parcial o total de los rectores. Es importantísimo promover la participación primero en la etapa que sigue del proceso de escogencia de los nuevos directivos e inmediatamente después en la de los rectores a ser designados por la Asamblea Nacional.
Los venezolanos y venezolanas estamos obligados a definir la suerte del mañana votando y en paz, nada más importante que la paz, y para garantizar la paz es fundamental el mejor Consejo Nacional Electoral.
Invitamos pues a quienes apostamos por la paz a ser parte del gran reto de asegurar un CNE que lidere con éxito las elecciones presidenciales del 2024 y las mega lecciones del 2025.
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