El presidente de Colombia, Gustavo Petro, viajará este jueves para Cuba para asistir al cierre del tercer ciclo de conversaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el que se espera el anuncio de un posible acuerdo de cese al fuego bilateral.
El mandatario acompañará el cierre formal de esta ronda de diálogos, después de que las anteriores se dieran en Ciudad de México y Caracas, y sucede después de 35 días de conversaciones entre las dos partes.
Es la primera vez que Petro acompaña un cierre de rondas de negociaciones y lo hace en un momento en que su Gobierno vive una crisis destapada por un «fuego amigo» entre dos de sus personas más cercanas, por lo que aumentan las expectativas del esperado anuncio del cese al fuego bilateral.
Además, el propio Petro publicó en su cuenta de Twitter este lunes una foto reunido con militares donde en unas diapositivas proyectadas se veía una imagen donde explicaba cómo funcionaría dicho cese al fuego, que en todo caso aún no es oficial.
Cese al fuego
Las partes trabajan en el punto clave del cese al fuego bilateral, donde la guerrilla aboga por un cese «bilateral y nacional» que incluye a «fuerzas paraestatales y grupos criminales», además de pedir que fuese «preliminar» porque el definitivo llegaría con el acuerdo final.
El negociador jefe del Gobierno colombiano, Otty Patiño, consideró que el cese al fuego debería incluir las hostilidades (daños contra la población civil: de amenazas a confinamientos, pasando por desplazamientos forzados y el reclutamiento de menores) y una «limitación geográfica», para ser verificable.
El trabajo de las partes, sin embargo, se vio afectado en ocasiones por la política en Bogotá. Primero, cuando unas declaraciones del presidente llevaron al ELN a forzar una «pausa» en las negociaciones que se prolongó tres días.
Luego llegó la situación por las interceptaciones telefónicas que involucraban al ya exembajador en Venezuela Armando Benedetti y a la también exjefa de gabinete de Petro Laura Sarabia, ambos cesados el pasado viernes.
Esto se agravó el fin de semana con los audios del exdiplomático -filtrados por la revista Semana, en los que amenazaba a Sarabia con revelar presuntas irregularidades en la financiación de la campaña electoral del presidente.
En La Habana, mientras tanto, las partes aseguraron que vienen «adelantando positivamente su trabajo» y por eso prorrogaron las conversaciones hasta este jueves, cuando en principio estaba previsto que concluyesen el pasado 29 de mayo.
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