La tumba de Mahsa Amini, cuya muerte tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo desencadenó fuertes protestas en Irán, ha sido vandalizada por desconocidos, denunció su familia.
“El cristal de su tumba también les molesta”, escribió Ashkan Amini; hermano de la joven, en la red social de Instagram, publicación que ya ha desaparecido.
El mensaje está acompañado de una foto que muestra roto el cristal que cubre la tumba y un retrato de la joven de 22 años en el cementerio de Aichi, en la ciudad de Saqez, en el Kurdistán iraní.
“Si lo vuelven a romper mil veces, lo vamos a volver a arreglar. A ver quién se cansa antes”; afirmó Ashkan, quien añadió que es la segunda vez que vandalizan la tumba de su hermana.
La muerte bajo custodia policial de Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico en septiembre provocó las mayores protestas contra la República Islámica y el sistema teocrático del país en décadas.
Las protestas comenzaron precisamente en el cementerio de Aichi el 17 de septiembre, un día después de su muerte. Allí, mujeres iraníes gritaron los primeros «mujer, vida, libertad”, eslogan de las protestas, y quemaron los primeros velos.
Las protestas han desaparecido tras una fuerte represión estatal que ha causado unos 500 muertos y miles de detenciones, además de siete ejecuciones, una de ellas en público.
El pasado viernes se vivieron pequeñas protestas de nuevo en varias ciudades del país espoleadas por la ejecución ese día de tres manifestantes por delitos supuestamente cometidos durante la revuelta.
De todas las formas de protesta y desobediencia, la única que sobrevivía es el rechazo al velo por parte de muchas mujeres a pesar de los intentos de las autoridades por volver a imponer el uso de esta prenda.
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