Mary Quant forma ya parte de la historia de la moda como la creadora que diseñó y popularizó la minifalda en el Londres de los años 60.
Una prenda símbolo del ‘swinging London’ que democratizó la moda y que, década tras década, continúa en las calles y en las pasarelas de todo el mundo.
Fue 1955, cuando Quant tenía 21 años y regentaba junto a su marido una boutique de moda en Londres, la mítica Bazaar, el año en el que decidió actuar con la tijera y acortar las faldas de las mujeres hasta muy por encima de la rodilla. Toda una revolución que trascendió el mundo de la moda y representó una liberación de las occidentales.
Mary Quant: ¿Provocación o diversión?
Y eso que la diseñadora nunca quiso provocar, según sus palabras. Prefería divertirse con la moda, pero admite que la minifalda sí supuso hubo un gran cambio en esa época: «Era el sentimiento de una era. Hacía a las personas de alguna forma felices».
«Sucedió que mi ropa pegaba exactamente con la moda adolescente, con el pop, los bares y los clubes de jazz», comentó en ‘Quant by Quant’, su primera autobiografía, aparecida en 1965.
Su idea nació porque Quant consideraba que la altura a la que se llevaban las faldas en esa época era «imposible» y la calificaba de «anticuada y poco práctica para una mujer cada vez más independiente que por aquel entonces ya tenía que correr, por ejemplo, detrás del autobús». Y por eso las subió hasta 10 centímetros o 15 por encima de las rodillas.
Una idea que surgió de forma paralela en París de la mano de André Courrèges. La británica y el francés se disputan el invento de la minifalda, y aunque no queda claro cuál de los dos fue el primero, ambos tienen el mérito de liberar un poco más el cuerpo de las mujeres, y también su mente.
El germen de una revolución
En cualquier caso, el idilio de Mary Quant y la minifalda comenzó mucho antes de los años 50. Nacida el 11 de febrero de 1930, cuando era pequeña asistía a clases de danza y allí vio una imagen que se le quedó grabada, según cuenta Laura Opazo en su libro ‘La moda es revolución’: «Una bailarina de claqué con el pelo estilo bob, falda corta y calcetines». Una imagen ésta que nos trae a la mente las fotos de la modelo británica que siempre se asocia a la minifalda, Twiggy.
El siguiente paso para Mary Quant fue acortar las faldas de su uniforme del colegio y apuntarse más tarde a clases de corte y confección. Pasaron los años y su espíritu libre se unió al de muchos jóvenes de la época, ansiosos tras la II Guerra Mundial por diferenciarse de la generación anterior y por huir de convencionalismos.
Todo un estilo impuso Mary Quant
Su legado va más allá de esta icónica prenda, a la que bautizó como ‘mini’ por el nombre del coche que ella conducía, para crear toda una línea de ropa llamada Chelsea acorde con las jóvenes de la época: estampados de margaritas, vestidos de punto, botas altas, impermeables vistosos o los pantalones de campana, que también han llegado a nuestros días.
Sadie Frost, actriz y directora del documental ‘Quant’, habló así a Yo Dona de la diseñadora fallecida: «Mary Quant empoderó a las mujeres de su tiempo, les dio una voz y cambió su forma de vestir. Antes, a finales de los 50, las mujeres solían hacerlo como sus madres; después de que Mary abriese su boutique, que se convirtió en una meca para las jóvenes, pudieron explorar y expresarse a través de la ropa de una forma completamente diferente. Su carrera abarcó cuatro décadas y fue una gran pionera también en el mundo empresarial. Además, tenía una personalidad tan interesante e icónica…».
Sus detractores
Aunque hace muchos años que Mary Quant atesora un gran reconocimiento en el mundo de la moda, en sus comienzos tuvo que luchar contra lo establecido, incluso con algunos de sus colegas. Ni siquiera Coco Chanel, la innovadora diseñadora que hizo historia al dar un vuelco al armario de las mujeres, admitió la minifalda, calificándola de «horrenda», pues consideraba que las rodillas no eran, ni mucho menos, la parte más bonita del cuerpo femenino.
Mujeres y hombres se escandalizaron e incluso aporrearon las cristaleras de su tienda londinense. «Los señores con sombrero hongo golpeaban nuestro escaparate con el paraguas y gritaban ‘inmoral’ y ‘asqueroso’ al ver nuestras minifaldas y las medias, pero los clientes se agolpaban para comprar», escribió la creadora en su autobiografía.
En la puritana España de esos años, la señora Sedeña, presidenta de la Asociación Nacional de Amas de Casa, escribió: «Como española honorable antepongo la decencia y el pudor antes de seguir ese engendro abstracto, desequilibrado y burdo de la faldilla de bailarinas o patinadoras. Las personas serias y correctas no seguirán nunca esa moda.»
Reacciones a la muerte
Tras conocerse su fallecimiento, Alexandra Shulman, antigua editora jefe de la edición británica de la revista ‘Vogue’, ha declarado que Quant fue «líder de la moda, pero también del emprendimiento femenino, una visionaria que fue mucho más que un gran corte de pelo», en referencia al pelo corto que solía llevar, obra del estilista Vidal Sassoon, y que fue muy popular en los años 60.
Además, en su cuenta de Twitter, el museo Victoria & Albert de Londres ha señalado que «es imposible exagerar la contribución de Quant a la moda. Ella representó la alegre libertad de la moda de la década de 1960 y brindó un nuevo modelo a seguir para las mujeres jóvenes. La moda actual le debe mucho a su visión pionera».
Lea también:
May Niño Vargas viene a Maturín con su workshop 100 % Miss & Modelo