Actualmente son pocos los negocios de autolavados que se encuentran activos, debido a que luego de la pandemia y las constantes fallas del servicio de agua potable ha conllevado a que muchos de estos locales hayan bajado el número de clientes de manera drástica, generando a su vez, pérdidas para los propietarios.
En la calle Azcúe, era posible ver diariamente alrededor de cinco autolavados, donde habitualmente llegaban entre diez y 20 vehículos diarios para hacerle mantenimiento, sin embargo, algunos propietarios alegan que a la semana, si acaso llegan entre uno y tres carros para el lavado.
Uno si acaso
Así lo indica Luis Jiménez, quien subraya que antes de la pandemia tenían un negocio próspero, pero «esto ha decaído desde la pandemia porque no se podía estar en la calle, vino la crisis y aunque no es costoso, llevó prácticamente a cerrar el negocio, los sábados es que llega uno, a veces tres carritos, pero no es mucho, prácticamente no se hace nada», dijo.
En las zonas más céntricas, como Los Guaritos, Las Cocuizas y principales avenidas de la ciudad de Maturín, pueden verse también que la mayoría de los vehículos que llegan para mantenimiento son de lujo, de últimos modelos o camionetas, generalmente, lo que supone que no todo trabajador acude a este tipo de servicio.
Lavado en casa
Por su parte, Alfredo Caraballo indica «yo dejé de mandar a lavar el carro hace muchísimo tiempo, ahora eso lo hago yo mismo en mi tiempo libre y si tengo que meterle mano por alguna falla, también he ido aprendiendo porque por cualquier cosa te quieren cobrar un realero, como en la casa llega agua constantemente, me evito ese gasto. No se ve, pero en algunos sitios te cobran diez o quince dólares, eso es un realero en bolívares, ya no se puede, dejo el rato y me ahorro esa plata», dijo el trabajador del volante.
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