Un extraordinario documento legal reveló que dos de los atacantes responsables del atentado terrorista del 11 de septiembre tenían una relación mucho más cercana con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de lo que se sabía anteriormente.
Al menos dos de los responsables del ataque estaban siendo monitoreados de cerca por la CIA e incluso podrían haber sido reclutados por la agencia mucho antes de que ayudaran a estrellar un par de aviones Boeing 767 contra el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, tal como señalo un informe recientemente publicado.
El archivo de la corte contiene extensos testimonios de varios investigadores del FBI que sostienen que el servicio de inteligencia estadounidense ha obstruido las investigaciones oficiales del notorio ataque terrorista con el objetivo de ocultar sus conexiones con al-Qaeda*.
Aunque, quizás la parte más sorprendente del texto ha sido cuando un agente del FBI explica que fueron abiertas distintas cuentas en bancos estadounidenses para los dos artífices, e incluso se les alquiló un apartamento en San Diego, «a petición de la CIA».
Los escépticos se han enfocado durante mucho tiempo en poner su atención en la relación extremadamente estrecha entre los dos atacantes del 11 de septiembre, Nawaf Hazmi y Jalid Mihdhar, con el presunto intermediario de la inteligencia saudita Omar Bayumi, quien organizó un sueldo fijo y el alojamiento para los dos hombres inmediatamente después de su llegada a EEUU. Bayumi ha sostenido públicamente que su increíble generosidad hacia ellos se basó en un mero ‘encuentro casual’ en un restaurante después de que ellos aterrizaron en California.
De acuerdo con un agente, cuyo nombre en los documentos consta como el código CS-23, señala que la CIA ha estado trabajando durante mucho tiempo para obstruir la investigación del FBI sobre el atentado terrorista de 2001. Uno de los hechos, que fundamenta su argumento, consiste en que la agencia se niega a entregar cualquier tipo de información sobre su relación con Bayumi.
Cuando se les preguntó por primera vez, CS-23 precisó, «los funcionarios del servicio de inteligencia estadounidense respondieron a la oficina [del FBI] de San Diego y reportaron que ellos no tenían archivos sobre Bayumi», afirmación que el agente tildó de «falsedad», dado que «la institución mantenía ‘archivos operativos’ sobre Omar Bayumi» y que su relación había dejado un notable «rastro de papel».
Por lo tanto, «la información sobre Bayumi nunca fue proporcionada al FBI». El agente explicó que esto probablemente sucedió de esa manera porque Omar Bayumi era «un oficial de inteligencia al servicio del Gobierno saudita», quien se encontraba con la misión de «intentar reclutar a Nawaf Hazmi y Jalid Mihdhar como fuentes de inteligencia mientras estaban en San Diego».
Aún más aterrador es el hecho de que «el intento de reclutar a Hazmi y Mihdhar fue una operación dirigida por la CIA», sostiene. Además, el representante del FBI, agregó que «la CIA usó su relación de enlace con los servicios de inteligencia sauditas para realizar operaciones en suelo estadounidense», revela el expediente legal.
Tal arreglo sería necesario, dado que «la CIA tiene prohibido por ley realizar operaciones de inteligencia dentro de EEUU», explicó. Y, manifestó que, esa sería la razón de porque ellos han «utilizado su relación con los servicios de inteligencia aliados para realizar operaciones dentro del país en el pasado».
Durante décadas, gran parte del trabajo sucio del servicio de inteligencia estadounidense fue llevado a cabo por una agrupación internacional secreta compuesta por varios servicios de inteligencia proestadounidenses denominado ‘The Safari Club’, y que incluía a Arabia Saudita. La existencia del grupo no se hizo pública hasta que el nuevo Gobierno revolucionario de Irán permitiera al periodista egipcio Mohamed Heikal examinar los archivos del Shah y con ello se descubriera un documento que formalizaba el acuerdo.
Probablemente tratando de evitar cualquier tipo de divulgación similar, CS-23 comentó que, «los funcionarios del FBI en San Diego y en la oficina central del FBI se dieron cuenta de la afiliación de Bayumi con la inteligencia saudí y, posteriormente, de la existencia de la operación de la CIA para reclutar a Harmi y Mihdhar a través de Bayumi… que los altos oficiales del FBI suprimieron estas investigaciones».
Asimismo, el investigador reveló que la CIA había viciado efectivamente toda la investigación, incluso antes de que este se iniciara al manipular a los testigos.
«CS-23 también aseguró que los agentes del FBI que testificaron ante la Investigación Conjunta sobre los atentados del 11-S recibieron instrucciones de no revelar el alcance total de la vinculación saudita con Al-Oaeda», concluyé el reporte.
* Organización terrorista prohibida en Rusia y en muchos otros países.
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