Al término de su visita estatal a los Países Bajos, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reclamó una política independiente para su país y para la Unión Europea (UE), al tiempo que abogó por mantenerse al margen de la confrontación entre China y Estados Unidos sobre el asunto de Taiwán.
«Ser un aliado no significa ser un vasallo… no significa que no tengamos derecho a pensar por nosotros mismos», afirmó este miércoles el mandatario francés en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, en Ámsterdam. Macrón se expresó en la misma línea que el pasado fin de semana tras su visita a China y señaló que su país no ha cambiado su posición y «está a favor del status quo de Taiwán».
Según explicó, París «apoya la política de una sola China y la búsqueda de una resolución pacífica de la situación», informa AFP.Hace varios días, en una entrevista con Politico y dos periodistas franceses en su avión de regreso de una visita de Estado de tres días a China, Macron subrayó la importancia de la «autonomía estratégica» para Europa y la necesidad de reducir la dependencia de Estados Unidos en cuanto a armas, energía y en lo relacionado con la «extraterritorialidad del dólar estadounidense».
El lunes tocaron a su fin los ejercicios militares a gran escala realizados por Pekín durante tres días y que incluyeron el simulacro de un bloqueo aéreo y naval de la isla de Taiwán, considerada por China como parte irrenunciable de su territorio.
Las maniobras fueron una respuesta a la visita que la líder taiwanesa, Tsai Ing-wen, hizo la semana pasada a California, donde se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, para abordar, entre otros asuntos, la cuestión del suministro estadounidense de armas a Taipéi.
El pasado mes de octubre, el presidente chino, Xi Jinping, reiteró el compromiso de Pekín con el avance en el proceso de reunificación pacífica con Taiwán, sin descartar por completo la posibilidad del uso de la fuerza.
Taiwán se autogobierna con una administración propia desde 1949. A partir de ese momento, ha conservado la bandera y algunos otros atributos de la antigua República de China que existían en la parte continental antes de que los comunistas llegaran al poder. Pekín considera a Taiwán como una parte irrenunciable de su territorio y la mayoría de los países, incluida Rusia, reconoce la isla como parte integral de la República Popular China.
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