Repleta lució la Catedral de Maturín este Miércoles Santo, por el día del Nazareno de San Pablo. Esta tradición, año tras año reúne a los devotos vestidos con sus túnicas moradas para agradecer y pagar sus promesas.
Monseñor Enrique Pérez Lavado, Obispo de la Diócesis de Maturín, presidió la misa de la tarde y explicó en su homilía que «Jesús carga con la cruz y cae por el peso, porque la cruz pesa. La cruz no es mala, es liberadora y redentora, nos hace tener sentimientos de amor, de misericordia. El Nazareno nos está diciendo que Él nos acompaña y no nos abandona aunque a veces parezca que se ha olvidado de nosotros. Él está ahí, más fiel que un esposo o una esposa», señaló.
Afirmó que esto es lo que estamos testificando al pagar una promesa, que Él no se ha olvidado. «Le encomendamos todo lo que somos y tenemos. Todo es regalo suyo y sabemos que su amor es más grande que todo».
Resaltó que el Maestro manda un reconocimiento al dueño de la casa donde se celebrará la Pascua. Antes de su pasión, quiere celebrar su Pascua con los discípulos que Él ha elegido porque ha llegado su hora. «El quiere que le dispongas un lugar en tu casa y en tu mesa porque quiere celebrar su Pascua contigo. Cuál será tu respuesta al Señor? Pidamos ser discípulos suyos pero no olvidemos que cada vez que faltamos al hermano, nos convertimos en Judas».
Vale destacar que el Señor Jesús instituyó el sacramento en el momento en que iba a ser entregado por uno de los suyos.
Padre Gerónimo realizó procesión del Nazareno con los niños en Las Cocuizas
El padre Gerónimo, párroco de Las Cocuizas, pidió caminar con los niños que pagan promesas vestidos de morado hasta culminar en la iglesia Santo Domingo de Guzmán.
De esta manera, los más pequeños hicieron el recorrido junto a la imagen del Nazareno, para pedir por un mayor bienestar para toda la comunidad monaguense.
Con información de Lisbeth Martínez
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