El líder supremo de la República Islámica, Alí Jamenei, calificó este lunes de «crimen imperdonable» los supuestos envenenamientos con gas de niñas en docenas de centros educativos femeninos de Irán, en los que han resultado intoxicadas más de un millar de alumnas. «Es un crimen imperdonable. Los autores de este crimen deben ser severamente castigados», dijo Jameneí, informaron medios estatales iraníes. La comunidad internacional, incluida Alemania, había pedido que se investigue el caso.
«Si se prueba el envenenamiento de las estudiantes, los responsables de este crimen deberían ser condenados a la pena capital y no habrá amnistía para ellos», dijo Jamenei, según la agencia estatal de noticias IRNA. Hoy mismo, la prensa iraní ha informado del indulto, por parte de Jamenei, de 80.000 presos en el marco del aniversario de la República Islámica. Defensores de los derechos humanos afirman que trata así de aplacar a los participantes en las manifestaciones antigubernamentales, pero señalan que un indulto requiere una acusación, por lo que los detenidos tienen que incriminarse a sí mismos para ser liberados.
El líder religioso urgió a las autoridades a investigar los envenenamientos con un aparente gas en instituciones educativas femeninas que comenzaron en noviembre en la ciudad santa del chiísmo de Qom y se han multiplicado en los últimos días. Hasta ahora más de mil alumnas han sido intoxicadas en docenas de ciudades del país y han sufrido dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas, mareos y en ocasiones la imposibilidad de mover las extremidades tras percibir un olor de naranja podrida y productos de limpieza.
Irán investiga
Los últimos casos se produjeron, después de que el sábado cientos de niñas fueran hospitalizadas, ayer domingo en varias ciudades del país, e incluso en un dormitorio estudiantil en el que viven 450 jóvenes, de las que 29 fueron ingresadas en centros hospitalarios, informó el diario Shargh. El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ha culpado de los envenenamientos a «enemigos» del país, un término que se usa con frecuencia en el país persa para referirse a Estados Unidos e Israel.
El Ministerio de Interior y el Ministerio de Inteligencia investigan los ataques, pero hasta ahora no han informado de avances en la investigación. Según los datos de Interior se han producido ataques con gas en 52 colegios, un número indeterminado de alumnas resultaron intoxicadas y 28 estudiantes han sido hospitalizadas, unas cifras muy lejos de las que proporcionan medios iraníes y grupos de activistas.
En Irán no se ha puesto en duda la educación femenina en los 43 años de existencia de la República Islámica y algunos padres vinculan los envenenamientos con las protestas con marcado tono feminista de los últimos meses. Las alumnas de colegios e institutos participaron en esas protestas, se quitaron los velos, gritaron «mujer, vida, libertad» e hicieron cortes de manga a retratos de Jameneí y el ayatolá Ruholá Jomeiní.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó un fenómeno similar en Afganistán entre 2009 y 2012, cuando cientos de niñas en todo el país se quejaron de olores extraños y envenenamiento. No se encontró evidencia para respaldar las sospechas, y la OMS, que ya antes había constatado que la mitad de los afganos sufre enfermedades psíquicas, dijo que parecían ser «enfermedades psicógenas masivas».
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