El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), advirtió que el colapso del sistema de suministro de agua en el noroeste de Siria, dañado por la guerra y luego por los terremotos, puede tener consecuencias «devastadoras» para la salud de la población.
En la actual situación «una nueva emergencia pública tal como un brote de una enfermedad infecciosa puede suponer un desastre para la región», indicó en un comunicado el director regional de CICR para Oriente Medio, Fabrizio Carboni.
La organización subraya que tras los seísmos está el riesgo de que el agua para consumo quede contaminada.
Buena parte de esta situación afecta a la región en torno a Alepo, donde además parte del sistema de alcantarillado colapsó por los terremotos, «aumentando las penurias de una zona que ya sufría los efectos de más de una década de guerra», indicó CICR.
La organización recuerda que antes de la guerra civil más de un 90 % de la población siria tenía acceso a agua potable, un porcentaje que ahora ha caído al 50 %.
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