El Paris Saint-Germain (PSG) arrancó esta semana con par de problemas con la justicia. Por una parte, Achraf Hakimi es investigado por la fiscalía de París por un presunto abuso sexual. Mientras que, Nasser Al-Khelaïfi, presidente del club, presenta denuncias por secuestro.
El denunciante de este hecho es el lobista franco-argelino Tayeb Benabderrahmane, quien al parecer cuenta con varios documentos que podrían afectar al mandamás del equipo parisino, en cuanto a la atribución de la Copa del Mundo a Qatar y los derechos televisivos de los Mundiales de 2026 y 2030.
Se acusa a Al-Khleaïfi por haber orquestado un secuestro en 2020 contra Benabderrahmane y mandarlo a Qatar, donde fue torturado durante cuatro meses hasta que fue liberado, tras firmar un documento donde se comprometía a no revelar información que vulnerara la reputación del empresario árabe.
La denuncia fue hecha hace varios meses, pero fue a inicios de esta semana que comenzaron las investigaciones. Los abogados del lobista, Maïtres Romain Ruiz y Gabriel Vejnar, afirman sentirse muy satisfechos porque los procesos se están llevando a cabo adecuadamente.
Nasser Al-Khelaïfi niega los hechos
En contraparte, Al-Khelaïfi niega rotundamente las acusaciones en su contra y considera esto como «el colmo de la manipulación mediática» y le sorprende la credibilidad que se le ha dado a su demandante: «estáis hablando de criminales profesionales. Han cambiado de abogado más veces de las que han cambiado sus historias y sus mentiras (…) La justicia seguirá su curso, no tengo tiempo para hablar de pequeños delincuentes profesionales».
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