Un hombre de Singapur demandó a una mujer después de que ella le dijera que no quiere ser más que su amiga, y ahora exige 3 millones de dólares singapurenses (2,3 millones de dólares estadounidenses) por el trauma emocional. La audiencia judicial está prevista para este mes.
El demandante, identificado como Kawshigan, intentó en un inicio reclamar 22.000 dólares singapurenses (16.620 dólares estadounidenses) por el impacto que sufrió a causa del rechazo amoroso. Aseguró que vio reducida su capacidad para generar ingresos en calidad de «‘trader’ activo de alto capital por la noche y director general atareado de día», según se desprende de los documentos judiciales obtenidos por la cadena local CNA.
Sin embargo, esa demanda fue anulada a finales de enero por ser considerada un abuso procesal y por la negativa del tribunal de ser cómplice en el «intento calculado [del demandante] de obligar a comprometer» a la señorita.
En su última demanda, Kawshigan, director en la empresa de drones D1 Racing, acusó a la mujer de difamación entre junio de 2019 y diciembre de 2020 por sus afirmaciones en presencia de terceros de que se sentía acosada. Argumentó que esto dañó su «reputación estelar» y derivó en «traumas, depresión e impactos en su vida» durante el último año, así como en la pérdida de por lo menos cinco socios de negocios.
Los 2,3 millones de dólares que reclama ahora pretenden compensar también su reducida capacidad de generar ingresos durante dos años y la pérdida de posibles inversiones, contratos y pagos a su empresa.
La dichosa ‘friendzone’ de Singapur
La culpable de todo, según Kawshigan, es Nora Tan Shu Mei, a la que conoció en 2016. Los dos llevaban una buena amistad, pero más o menos en septiembre de 2020 «se desalinearon sobre cómo veían su relación».
Ella lo veía como amigo mientras él consideraba que había lazos más estrechos. Al discutir sobre el tema, Tan quiso reducir sus interacciones, lo que provocó el disgusto de Kawshigan.
La mujer insistió en la necesidad de establecer límites y disminuir la frecuencia de sus encuentros, instando a su amigo a ser «autosuficiente». Sin embargo, el hombre no se conformó y luego la invitó a participar en sesiones terapéuticas, a las que ella accedió pensando que le ayudarían a Kawshigan a aceptar las cosas como eran.
Las visitas al psicólogo duraron un año y medio y terminaron cuando Tan sintió que eran «inútiles y sin sentido». También sintió más presión por las «peticiones irrazonables» de Kawshigan.
Del cortejo al acoso
Fue en algún momento antes de abril de 2022 cuando la mujer inició los procedimientos legales contra Kawshigan, acusándolo directamente de acoso. Como resultado, logró una orden de protección y presentó una contrademanda.
Tan declaró que Kawshigan le había enviado mensajes con amenazas diciéndole que debía mantener sus comunicaciones o, de lo contrario, enfrentarse a un proceso civil o acciones policiales.
En julio del año pasado, el hombre se presentó en la puerta de su casa, donde permaneció parado a pesar de pedirle que se marchara, afirmó la mujer. Después de aquel incidente, Kawshigan acudió a sus vecinos en busca de su número de teléfono y la amenazó con presentarse en su trabajo si se negaba a mantener el contacto con él. Según Tan, dicha amenaza la llegó a cumplir, aunque en aquel momento no estaba allí.
Ahora Tan exige alrededor de 1.480 dólares singapurenses (1.118 dólares estadounidenses) por concepto de los gastos en su propia seguridad y sesiones de terapia en las que había insistido Kawshigan.
Tras los actos de acoso de Kawshigan, Tan asegura que se vio obligada a instalar una mirilla digital, un sensor de alarma y un videotimbre inteligente.
Lea también: Todo lo que necesitas saber sobre la circuncisión
Con información de: Actualidad RT
OJO: Es que tanto el despecho como el desprecio duelen mucho. Pero a ese caballero el desprecio parece que lo trastornó demasiado. CUIDADO. Saludos, desde Venezuela.