Conductores de la ciudad de Maturín continúan clamando por mejoras a la hora de suministrar el combustible, el cual cada día se agudiza en la ciudad, razón por la que en todas las estaciones de servicio se puede observar de manera permanente las enormes colas de vehículos.
Hay quienes aseguran que en esta semana ha sido difícil recargar hasta en las estaciones en las que se cancela en dólares. «Las colas son enormes en las gasolineras subsidiadas que cada vez son menos, pero también ha habido problemas en las dolarizadas esta semana», destacó Jesús González, quien trabaja como taxista.
La cola en Las Cocuizas llegaba hasta las áreas del Saime, así como para llenar el tanque en la Estación de servicio González, la cola de vehículos daba hasta la avenida Bicentenario, cercana a la plaza Piar. Mientras que la estación de dicha avenida se observaba hasta las calles adyacentes a la Torre Coffel.

Dilema entre llenar el tanque o trabajar
Indicó que a su tanque le queda poco combustible, por lo que no sabe cómo hará para trabajar, en vista de que pertenece a una empresa a la que acude en horas de la mañana, justo cuando los vehículos son enumerados. «No sé si me dará tiempo de echar gasolina y esto me trae problemas porque no puedo quedarme toda la mañana, y si no salgo a trabajar ¿Cómo mantengo a la familia?», es el dilema de este conductor.
Otras personas consideran que la escasez de combustible, se debe a la cantidad de incendios en las distintas plantas del país, de lo contrario ya el problema debía haberse solucionado. «Aquí hay cosas que no se dicen, pero debe ser por la cantidad de incendios en las plantas lo que ha minimizado la distribución», dijo Carlos Gil, quien esperaba su turno en la cola de la avenida Bicentenario.

Transporte difícil
De igual manera, usuarios de transporte público manifestaron que sobre todo en horas de la mañana se hace difícil tomar el bus o el carrito, debido a que hay pocas unidades de transporte. «Los autobuseros hacen cola en las noches y comienzan a trabajar tardísimo, entonces uno tarda horas esperando transporte, es una odisea llegar a tiempo al trabajo y esto cada vez es peor», resaltó Nohelis Ramírez, mientras esperaba el bus que la llevaría a su lugar de trabajo y acotó que la mayoría de las veces las gandolas llegan a las dos o a las cuatro de la tarde.

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