A Kaylea Louise Titford de tan solo 16 años la hallaron muerta en la cama de su casa por sus propios padres, en la villa de Newtown, del condado de Galés de Powys, Reino Unido. La causa médica de su fallecimiento se debió a una “inflamación e infección en áreas extensas de ulceración derivadas de la obesidad. Asimismo, sus complicaciones en una niña con espina bífida e hidrocefalia”.
En términos concretos, el sobrepeso y la afectación de columna vertebral fueron los principales padecimientos que acabaron con su vida. Sin embargo, el Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS, por sus siglas en inglés), alegó que sus tutores no le brindaron la «ayuda médica razonable».
Apuntaron que, como responsables de la menor de edad, no se aseguraron que sus necesidades dietéticas, higiénicas y de salud, se cumplieran adecuadamente. Por ello, ahora enfrentan cargos de homicidio por negligencia grave además de causar o permitir la muerte de una persona vulnerable.
¿Dónde estaban los padres?
Alun Titford y Sarah Lloyd-Jones de 44 y 39 años, respectivamente, jamás se aseguraron de que su hija, Kaylea Titford, tuviese una dieta balanceada que compensara su padecimiento de nacimiento, una afectación en la columna vertebral que la dejó paralizada de la cintura y atada a una silla de ruedas.
Aunado a esto, la menor de edad no hacía suficiente ejercicio. Esto le provocó una serie de enfermedades que se encimaron uno tras otro hasta provocar su muerte.
Aunque los hechos se suscitaron a finales del 2020, este año se retomó el caso debido a que las autoridades locales encontraron que su fallecimiento tenía alguna participación humana culpable o contribución a esa muerte.
Por ello la policía de Dyfed-Powys encargada de la seguridad de Carmarthenshire, Ceredigion y Pembrokeshire, procedió en contra de los tutores, quien hasta hace poco negaban su responsabilidad en el caso. Ahora, en el último juicio, la madre de la menor Sarah Lloyd-Jones, finalmente admitió su falta de dirección y cuidado.
La muerte de la joven de 16 años por obesidad
A la adolescente de 16 años la halló madre en la cama de cuarto una mañana del 10 octubre del 2020. Algo no andaba bien. Así que decidieron llamar a las autoridades locales, los paramédicos la declararon muerta a las 8:12 horas.
Luego de esto, el forense Graeme Hughes aplazó la investigación en Pontypridd, Gales del Sur, hasta que finalmente emitió una conclusión de la investigación, fue un crimen. El 17 de enero del siguiente año comenzó el proceso legal que continúa hasta el día de hoy. Principalmente los padres no quisieron aceptar su responsabilidad en el caso de negligencia parental de su propia hija.
Hasta hace poco, la madre de la menor Sarah Lloyd-Jones, finalmente cambió su declaración para admitir el homicidio involuntario de su propia hija. Sin embargo, Alun Titford, el padre negó rotundamente el cargo acusado.
Lo grave del caso es que, puntualmente, entre el 24 de marzo y octubre de 2020, ambos tutores no se aseguraron de cumplir con las necesidades dietéticas de la infante. Esto le provocó una obesidad mórbida y finalmente la muerte.
Ahora ambos padres enfrentan el final del juicio, donde se tienen todos los elementos para justificar médicamente que no se le dio la atención, cuidado, protección y salud adecuada a la menor con discapacidad.
Este caso grave de negligencia parental dejó conmocionado a la villa de Newtown al norte del condado Galés de Powys. Aunque la madre aceptó su responsabilidad, el peso de la ley les caerá por igual a ambos tutores quien dejaron que la obesidad infantil le arrebatara la vida a su propia hija.
Con información de El Caribe y Noticia y Punto
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